Sin el gran Guerrero, Perú deberá afrontar Rusia 2018. No hay más milagros que esperar, pese a que el TAS abrió una pequeña rendija para prolongar el drama. Duele, indigna... Póngale la palabra que grafique mejor lo que siente al ver que el sueño mundialista de Paolo se esfuma inexorablemente y nos deja sin el símbolo máximo de la histórica clasificación. Pero no debemos asumir el rol de víctimas como tantas veces lo hicimos, no creamos que somos el blanco perfecto de teorías conspiratorias o simplemente lamentarnos porque el destino complota siempre en nuestra contra. Estamos a 24 días del debut ante Dinamarca y lo mejor para los 23 jugadores que defenderán a la selección es que se hable de fútbol, de sus posibilidades, de sus esfuerzos en este camino sacrificado que todavía no concluye.
Basta de generar desconfianza y desilusión por el capitán que no está. Hay que valorar las virtudes de un grupo que ya demostró su capacidad sin Paolo. El repechaje ante Nueva Zelanda y los amistosos frente a Croacia e Islandia seguramente no tendrán el grado de dificultad de los duelos en Rusia. Sin embargo, este ejército de Gareca nos ha dado razones para confiar que en el campo de batalla tiene argumentos para vencer a los rivales sin importar los nombres que se alineen en el primer batallón de 11 soldados.
Nadie discute que sin Guerrero perdemos nuestra gran referencia de ataque, perdemos gol, jerarquía, presencia; que vamos mermados a la Copa del Mundo. Pero tenemos a Farfán que mantiene afinado su instinto goleador y a Ruidíaz que es un definidor de altura. Tenemos a 23 futbolistas con ganas de comerse la cancha, de conquistar el mundo. Tenemos un grupo motivado porque la historia los ha puesto en un lugar privilegiado. Si una virtud tuvo la selección en todo el proceso eliminatorio fue levantarse siempre, jamás rendirse ni cuando muchos la daban por muerta. Peleó hasta obrar ese milagro que hoy seguimos celebrando.
Gareca tendrá que reconfigurar los movimientos de su once base con Farfán de punta, deberá trabajar también un plan B con Ruidíaz y hasta una tercera opción de ataque para mantener su eficacia ofensiva. Deberá mover sus piezas en el tablero estratégico a falta de otro ‘9’ del corte de Guerrero, deberá administrar los nuevos recursos que pueden ofrecer jugadores con características diferentes, más ligeros, más veloces. Carrillo, Cueva y Flores tendrán que asumir funciones más protagónicas, ser más osados en su juego. El ‘Tigre’ ya demostró tener buen ojo para exprimir las posibilidades de cada uno de sus jugadores que con la Blanquirroja puesta se potencian.
Sin Paolo no implica que estemos rendidos. La selección va a Rusia a pelear con 23 guerreros. No lo dude. Confíe en ellos. Es lo menos que podemos hacer por aquellos que nos devolvieron la fe y el orgullo de ser peruanos en una cancha de fútbol.