No nos lamentemos más: Perú deberá arreglársela sin Paolo Guerrero en el Mundial. La sentencia del Tribunal de Arbitraje Deportivo –esa misma instancia que nos dio los puntos del partido ante Bolivia– decidió la suerte de Paolo hace poco más de una semana. Ya lo dijo la FIFA luego de que su presidente, Gianni Infantino, recibiera al delantero en Suiza: la suspensión la puso el TAS y no pueden hacer nada.
Que Guerrero continúe su lucha en busca de llegar a Rusia y seguir trabajando –no olvidemos que vive del fútbol– es admirable. Paolo le está haciendo honor a su apellido en el momento más complicado de su carrera y es para el elogio, sobre todo en un país en el que rendirse antes de agotar todas las opciones es moneda corriente. Que no baje los brazos por lo que considera que es justo. Desde aquí el apoyo no cesará. Pero es hora de girar los reflectores y darle luz a un equipo que tiene con qué ilusionarse e ilusionarnos.
La obsesión por ver a Paolo encabezando la salida al campo del Mordovia Arena de Saransk es el sueño que tenemos todos. Es la imagen que venimos imaginando desde aquel histórico 15 de noviembre del 2017. Guerrero es la marca Perú en persona y lo sentimos nuestro. Sin embargo, la realidad es que nuestro capitán no está y hay otros 24 jugadores entrenando hace semanas, viviendo a la sombra de un caso ya resuelto. Y siendo honestos, tenemos varias razones para no andar cabizbajos echando culpas a terceros.
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Basta con mirar a Argentina. La Albiceleste tiene a Messi, el mejor del mundo para una gran mayoría, pero carece de tranquilidad. La clasificación al Mundial, en la última fecha de las Eliminatorias, trajo poco festejo. Y en los siguientes meses, el ambiente siguió enrareciéndose. Con la lista de 23 todo estalló. “Que falta Lautaro Martínez”, “cómo no llamó a Centurión”, “que son los mismos que perdieron tres finales”… quejas y más quejas. Lo último llegó con la lesión de Romero y su posterior desconvocatoria. Cero paz en un país que por plantel debería ser candidato.
Por ello, deberíamos alegrarnos por la actualidad de la selección, que madrugó a los demás mundialistas al arrancar sus trabajos el pasado 9 de mayo. Y antes del tiempo estimado se contó con casi todo el plantel en la Videna. Además, hubo consenso en la lista, manteniendo una base de futbolistas que convive como si fuera un club mas no una selección. Y, cuando hubo dudas, Gareca dio un golpe de autoridad poniendo los rumores en su sitio.
Nada nos asegura que Rusia 2018 sea una hermosa y prolongada estadía, pero el ambiente previo es favorable, a tal punto que en otros países del continente genera envidia, de esa que llaman sana. Preocupémonos por sumar. Depende de todos. Por favor, no más preguntas sobre Guerrero cada vez que un jugador salga a declarar. Ellos, sus compañeros, están mejor informados sobre Paolo que nadie. Hagamos que se sientan importantes, como se lo merecen.