“En estos 16 años, el fútbol cambió a detrimento del subcontinente. No es difícil datar el derrumbe”. (Foto: AP)
“En estos 16 años, el fútbol cambió a detrimento del subcontinente. No es difícil datar el derrumbe”. (Foto: AP)
Jerónimo Pimentel

1. Viejos duelos, nuevas derrotas. La eliminación de todos los países de la Conmebol en cuartos es un pésimo indicador regional. Desde el triunfo de Brasil en el 2002, Sudamérica apenas acumula una final, la de Argentina en el Mundial pasado. En estos 16 años, el fútbol cambió a detrimento del subcontinente. No es difícil datar el derrumbe. Dos años después, en el 2004, cuando se jugó por la última vez la extinta Copa Intercontinental que enfrentaba al vencedor de la Champions con el de la Libertadores, los clubes de esta parte del mundo habían dejado un récord positivo en la historia: se impusieron en 22 ocasiones, una más que los europeos. En cambio, en el torneo que la sucedió, el Mundial de Clubes, los del Viejo Continente se han impuesto en 10 ocasiones por solo 4 de los nuestros.


Se hizo claro a inicios del nuevo milenio que no bastaba ya el viejo discurso del potrero y el corazón para ganar en 90 minutos. Los equipos de Sudamérica siguen siendo competitivos, cuatro de cinco pasaron la etapa de grupos en Rusia 2018, pero han perdido el puesto de vanguardia. Neymar no es más que Hazard. La última innovación táctica que aportó esta confederación fue el 3-5-2 de Bilardo en México 86. No basta pertrecharse en el pensamiento mágico para creer que con tan pocas armas se puede salir airoso en un combate tan duro.


2. Racismo solapado. Es curioso leer comentarios periodísticos y tuits que buscan reivindicar el legado afrodescendiente en el Mundial negando la nacionalidad francesa a ciertos jugadores que representan a ‘Les Bleus’. Marie Le Pen debe estar contenta. Imaginar la identidad europea ajena a la realidad multiétnica es, hoy, cuando la migración es una tragedia cotidiana y un debate político caliente, de una ingenuidad imperdonable. No se lee, por lo demás, que nadie se pregunte por qué la selección argentina no está formada íntegramente por apellidos amerindios. Lo que está detrás de esa sorpresa antojada es una visión monolítica de la historia y la geopolítica particularmente ciega con los datos que no convienen al discurso conservador. Marius Trésor defendió la casaquilla gala desde 1971. ¿De qué estamos hablando?


3. El VAR. El sistema de video para asistir al réferi va a cambiar el fútbol. Nos estamos acostumbrando ya a las pausas anticlimáticas, a que los agarrones en las pelotas paradas se cobren –por fin– y a que las celebraciones de gol se pausen de cara a los que podría ser una revisión postrera. No sería ilógico que se dé, en un futuro cercano, un número de chances a cada club para que ellos ejerzan su derecho a retar cada fallo y no sea esta una atribución exclusiva de los colegiados, como ocurre en el tenis. ¿Creará este sistema un deporte mejor? Será menos fluido, pero quizá más justo. Lo que sí es cierto es que tendrá consecuencias técnicas y tácticas; la primera de ellas será, previsiblemente, cómo se marca.

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