El delantero de Croacia fue echado de la concentración del equipo al inicio de Rusia 2018 por rehusarse a ingresar en un partido por una molestia lumbar. El entrenador no tuvo más remedio que excluirlo. (Foto: AP)
El delantero de Croacia fue echado de la concentración del equipo al inicio de Rusia 2018 por rehusarse a ingresar en un partido por una molestia lumbar. El entrenador no tuvo más remedio que excluirlo. (Foto: AP)
Redacción DT

vive un hermoso sueño del que no quiere despertar: clasificó a la final del . Hecho que sucede por primera vez en su historia deportiva.

El mayor logro de Croacia en una Copa del Mundo fue el tercer lugar que obtuvo en 1998, instancia que disputó luego de perder (1-2) ante Francia, su oponente para la final de Rusia 2018.

Todos los integrantes del plantel de Croacia no salen de su asombro y podrán cobrarse la revancha de hace 20 años ante Francia. Aunque existe un deportista balcánico que no podrá compartir ese reto: Nikola Kalinic.

El delantero de 30 años fue expulsado de la concentración de Croacia después de negarse a ingresar en reemplazo de Mario Mandzukic durante el duelo ante Nigeria, por el inicio del Grupo D de Rusia 2018.

Faltaban cinco minutos para que concluyera el compromiso, entonces el comando técnico de Croacia hizo calentar a Nikola Kalinic. Cuando estuvo a punto de producirse el cambio, se rehusó a ingresar debido a un dolor en la espalda, que terminó siendo confirmado por el cuerpo médico pero no aceptado por el estratega Zlatko Dalic.

"Kalinic calentó y debió haber ingresado en la segunda mitad, pero dijo que no estaba listo para hacerlo porque tenía un problema en la espalda, al igual que ante Brasil en Inglaterra, diciendo que no estaba listo. También lo dijo en el entrenamiento de ayer. Lo acepté con calma y como necesito jugadores listos y sanos, tomé esta decisión", dijo el estratega de Croacia en conferencia de prensa.

Las vueltas del destino colocaron ahora a Croacia en el último partido del Mundial Rusia 2018 y a Nikola Kalinic en la comodidad de su casa. ¿Estará apoyando a los balcánicos o seguirá atendiéndose de sus molestias lumbares? Eso nunca lo conoceremos.

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