Pedro Gallese será el arquero titular de Perú en el Mundial Rusia 2018. (Foto: Rolly Reyna/El Comercio)
Pedro Gallese será el arquero titular de Perú en el Mundial Rusia 2018. (Foto: Rolly Reyna/El Comercio)
Arturo León

Es posible que ya no sepa lo que es sentir presión. Presión fue debutar con la San Martín hace ocho años, cuando solo tenía 20 y la misión de atajar un penal era su primera prueba de fuego. Hay que ponerse en los guantes de Pedro, o Piero, como lo conocen sus seres queridos. Fue suplente en el Mundial Sub 17 de los ‘Jotitas’ –prácticamente nadie sabía sobre él–, luego considerado cuarto arquero de la San Martín y en el día de su debut enfrentaría a Johnny Vegas desde los doce pasos. ¿Qué pasó? Gallese atajó el disparo y el equipo santo goleó 4-0 al Alianza Atlético de Sullana.

Presión fue jugar en la Bombonera contra la Argentina de Lionel Messi en las Eliminatorias luego de un mes y medio de inactividad. Que levante la mano el que no tenía dudas sobre Gallese ese día. Fue la figura. En un ambiente caliente como el del estadio de Boca Juniors, ante el mejor jugador del mundo y la posibilidad de complicar la clasificación nada menos que a la Albiceleste, Pedro Gallese mostró un aplomo asombroso.

El trabajo de los arqueros de la selección es intenso. Son las 9:30 a.m. en el Arena Khimki y solo observamos a los tres goleros elegidos por Ricardo Gareca para la cita mundialista. También algunos ‘sparrings’ y miembros del ‘staff’ de la selección. Es el segundo entrenamiento de la Blanquirroja en Rusia. No hay hinchas esta vez. De hecho, hay más personal de seguridad que hombres de prensa. En el campo, los únicos que hacen trabajos pensando en Dinamarca son Gallese, Cáceda y Carvallo. Excelentes los tres, pero en Gallese se aprecia algo distinto. No es su 1,89 m de estatura –es el más alto de la selección–. Tampoco es su capacidad para estirarse o su rapidez de piernas, pero está un pasito por encima de Carlos y José. No hay discusión. Es el número 1 en la camiseta y en rendimiento.

–Arco del triunfo–

Recién media hora después sale el resto de titulares al campo de entrenamiento. Los arqueros siguen trabajando. No paran. Quizá sea una de las tantas razones por las que Perú solo ha recibido un gol en los últimos siete partidos. Un gol que no recibió Pedro (ante Islandia en el amistoso de Nueva Jersey), quien se puede jactar de no ser vencido con la selección peruana desde octubre del 2017 (en el 1-1 ante Colombia en Lima). En total son cinco los partidos seguidos en los que el jugador del Veracruz está invicto con la camiseta nacional.

La selección está inundada de confianza. Ni Nicolai Jorgensen, ni Yussuf Poulsen, ni Pione Sisto, delanteros de Dinamarca, tienen tanta convicción como el equipo de Gareca y sus tres arqueros. Sobre todo Pedro Gallese, un hombre capaz de recuperarse de una lesión en 45 días en lugar de los 60 pronosticados y de abrirse de piernas cual bailarina de ballet para cerrar los ángulos a los atacantes.

Pedro Gallese ya sabe lo que es sentir presión. Hace 10 años posiblemente le temblaban las piernas en la banca de suplentes de la San Martín. Y el miedo de recaer en una lesión reciente quizá pasó por su mente ante Argentina en Buenos Aires. Aquí, en el Mundial, está como Pedro por su casa. Y se siente así porque sus dos pequeños hijos siempre están presentes en su día a día. Sus chimpunes y sus guantes llevan los nombres de Catalina y Piero, los ángeles guardianes de nuestro guardián de la portería.

“Cada vez falta menos para cumplir el sueño que tenemos”, repite Gallese y ya está listo para el objetivo que le quedó pendiente de su primera Copa del Mundo en Corea 2007: estrenarse como mundialista.

Estamos en buenas manos.

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