Las mujeres de todo el mundo piden combatir la violencia machista |  Foto: Getty images / Archivo
Las mujeres de todo el mundo piden combatir la violencia machista | Foto: Getty images / Archivo
María Inés Ching

“El 9 nadie se mueve”, reza el eslogan del paro nacional que anuncian México y Argentina para hoy. Miles de mujeres dejarán de acudir a sus centros de estudios, al trabajo y evitarán las labores del hogar. Otros ciudades de Latinoamérica también se han plegado parcialmente a esta medida que busca visibilizar el impacto de la ausencia femenina en las actividades laborales y cotidianas.

En la víspera conmemoramos el con multitudinarias marchas y otras manifestaciones que exigen igualdad de derechos y levantan la voz contra este flagelo que nos acecha: la violencia contra la mujer. Dos de cada tres mujeres ha sufrido violencia de género en algún momento de su vida en América Latina, según información del PNUD, y seguimos cada día más lejos de su solución.

El 9M es una jornada para reflexionar inspirada en iniciativas como el “Día libre de mujeres” (Islandia), #DayWithoutAWoman (EE.UU.) o el “Lunes negro” (Polonia). El motivo es el mismo a estas jornadas, pero -lamentablemente- no es el único. Las mujeres en todo el mundo pedimos combatir la , acortar cada vez más la brecha salarial, el reconocimiento de las tareas del hogar como un trabajo remunerado, la aprobación del aborto legal, la necesidad de declarar un estado de emergencia para combatir los feminicidios, la separación del Estado-Iglesia, la erradicación de la trata de personas, la persecución de migrantes…, y un largo etcétera.

En el Perú, también . Cuesta repetir las últimas noticias de feminicidios, violaciones o acoso sexual contra niñas, adolescentes y mujeres que atestiguamos a diario. ¿Qué podemos hacer para combatir esta problemática? Desde cualquier campo de acción, hombres y mujeres podemos promover una mejor educación de la población femenina, impulsar la paridad en puestos de poder, denunciar toda práctica de violencia machista física o verbal, fomentar el enfoque de género en la educación, reconocer la labor de las trabajadoras del hogar, inculcar valores de equidad y respeto en las nuevas generaciones.

El feminismo no es una moda, es una revolución cultural. La violencia contra las mujeres implica un elevado costo para quienes la padecen y su entorno: constituye entre el 1,6 y el 2% del PBI de Latinoamérica y el Caribe, según estudios del BID. Levantar la mano y exigir la igualdad evitará más violaciones a nuestros derechos. Convirtamos esta crisis en una oportunidad de desarrollo.

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