La solapa no solo cubría su rostro, también ocultaba su alma, su veneno; el infierno en el que vivía y hacía vivir a quienes se acercaron a ella. En tal monstruo se convirtió que sus hijos temían verla y dormir con ella.
Allison Fluke-Ekren, cuando era apenas una adolescente, ejerció como maestra de ciencias en un colegio de Kansas, Estados Unidos, en donde aprendió a hablar cuatro idiomas y logró acercarse amistosamente a sus alumnos.
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Varios de sus estudiantes y colegas admiraban su proceso en la educación y la manera en la que pudo haberse ganado el respeto de muchos miembros del colegio. Tanto, que uno de sus maestros de la escuela a la que asistió Ekren, Larry Miller, siempre sintió profundo respeto y admiración por la gran alumna y aprendiz que fue la mujer cuando iniciaba su carrera en la universidad.
“Era una estudiante muy, muy buena. Era inteligente y tenía sentido del humor”, comentó Miller en la BBC. Sin embargo, su vida cambió y tomó otra dirección cuando se mudó a Medio Oriente para ejercer su profesión en la región asiática.
Una obsesión que desató su furia en el Estado Islámico
En el 2010, Ekren se mudó a Medio Oriente para trabajar como docente. Pero en dicho año surgió lo que se denominó la primavera árabe, una serie de manifestaciones con el objetivo de exigir reformas sociales por la población árabe; la cual causó un profundo impacto en su vida.
En esa región, Fluke-Ekren se radicalizó y formó su vida al casarse con un alto representante del grupo terrorista del Estado Islámico Isis en Siria. Dada su convivencia con aquel hombre, ella terminó como entrenadora de grupos terroristas.
De entrenadora, pasó a liderar a un ejército de mujeres que fueron reclutadas para pertenecer a Isis. Además, planeó, por lo menos, seis atentados en los Estados Unidos, según el medio británico citado anteriormente.
Después de reclutarlas, Ekren entrenaba alrededor de 100 mujeres, incluyendo niñas, para que formaran parte de su batallón femenino. Uso de armas automáticas, granadas y cinturones explosivos para ataques suicidas hacían parte del entrenamiento, tal como indican los documentos del Departamento de Justicia de los Estados Unidos.
Eso no fue todo, además de manipular a las mujeres para que se convirtieran en asesinas, también abusó de sus propios hijos, de acuerdo con los reportes. Por medio de una carta, los pequeños confesaron que los obligó a mudarse con ella y, luego de un tiempo, abusó de ellos física, sexual y psicológicamente.
“Mi madre es un monstruo que disfruta torturar a niños para su placer sexual. Mi madre es un monstruo con técnicas de manipulación excepcionales y con la capacidad de controlar sus emociones para su beneficio personal. Mi madre es un monstruo que no ama a sus hijos, sin excusas para sus acciones”, escribió uno de sus hijos en una carta.
Sentencia poco justa, según testigos de las atrocidades de la terrorista
El 1° de noviembre de 2022, Allison Fluke-Ekren fue sentenciada a 20 años en prisión por todos los delitos cometidos desde el 2010, como brindar entrenamiento militar a más de 100 mujeres y niñas en Siria en nombre de Isis, comentó el Departamento de Justicia de los Estados Unidos.
La Fiscal Federal Jessica D. Aber para el Distrito Este de Virginia, el Fiscal General Auxiliar Matthew G. Olsen de la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia, y el subdirector a cargo Steven M. D.’Antuono de la oficina local del FBI en Washington fueron los encargados de hacer público el anuncio, luego de que la juez federal de distrito Leonie M. Brinkema dictara sentencia.
“El Primer Fiscal Federal Auxiliar Raj Parekh y el Fiscal Federal Auxiliar John Gibbs para el Distrito Este de Virginia procesaron el caso, con la asistencia de la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia”, agregó el Departamento de Justicia.
“Veinte años de prisión no son suficientes como sentencia para sus monstruosos actos de terror y el daño irreparable que ha hecho a tantos en el mundo, incluidos sus propios hijos”, indicaron fiscales del Departamento de Justicia en un comunicado, en el cual explicaron que “dadas las restricciones legales por tratarse de un acuerdo, esta era la máxima sentencia que le podían dar”.
Hasta el momento, la terrorista fue enviada a una prisión más segura de los Estados Unidos y está alejada de todos sus familiares, así como ellos mismos lo solicitaron. De hecho, fue uno de sus conocidos quien colaboró con la justicia, cumpliendo como testigo.