“Está sucediendo ahora mismo, esto no es un sueño, es la realidad”. El astronauta de la NASA Reid Wiseman no oculta su emoción por una noticia que la humanidad lleva más de 50 años esperando: volveremos a la Luna. Y esta vez con la meta de quedarnos más tiempo e ir mucho más allá.
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El regreso al espacio profundo es un hecho. Weisman comandará la misión Artemis II, en la que él y otros tres astronautas -entre ellos una mujer y un afroamericano, algo inédito- viajarán previsiblemente en noviembre del próximo año casi 400.000 km durante 10 días hasta la Luna para volar a su alrededor antes de volver a la Tierra. Los tres estadounidenses y un canadiense que integran la tripulación serán los primeros en volar la cápsula Orion de la NASA.
El recorrido será un paso más antes de la misión Artemis III, prevista para fines del 2025 y que sí incluye pisar la superficie de nuestro satélite natural.
La primera vez que la humanidad viajó a la Luna fue en la década de los 60 con las misiones Apolo lideradas por la NASA. En total, 12 astronautas alunizaron hasta que el programa terminó en 1972. En esa época, la finalidad era básicamente probar que teníamos la tecnología para viajar fuera de la Tierra y aterrizar o posarnos sobre otro objeto que no sea nuestro planeta y comprobar que no hubiera riesgos para la tripulación.
Esta vez, el programa Artemis tiene dos objetivos muy claros. El primero es establecer una presencia humana duradera en la superficie lunar en el mediano plazo y el segundo, más ambicioso, es lanzar un viaje tripulado a Marte para el 2040.
“Volveremos a la Luna para ver qué se puede hacer de manera práctica”, dice a El Comercio la astrofísica y divulgadora científica peruana Carla Arce-Tord.
Explica, que, por ejemplo, se plantea la instalación de bases lunares para que tripulaciones en un futuro pasen algunas temporadas en la Luna haciendo investigaciones, instalando equipamiento como telescopios que permitan observar con la ventaja de no tener una atmósfera que interfiera en la visión. “La finalidad ahora es explorar más a detalle la Luna in situ y ver qué posibilidades tenemos para poder instalarnos a futuro como especie en la Luna, no necesariamente para vivir, aunque quién sabe, pero principalmente para investigaciones científicas”, apunta la experta.
A los objetivos bien delimitados se suma una tecnología más avanzada, dos elementos que ha tomado más de cinco décadas alinear para poder llevar a cabo esta nueva misión.
Los científicos dicen que no es solo el regreso a la Luna sino la opción de invertir en el futuro y de aprovechar las posibilidades de la economía espacial, desde la salud hasta la seguridad alimentaria, pasando por el cambio climático.
Otro mundo
Es evidente el salto tecnológico que ha visto la humanidad desde los años 60. Hasta un celular puede tener una cámara más potente de las computadoras de los tiempos de la misión Apolo. ¿Qué diferencias vemos en esta nueva exploración a la Luna?
Si bien Apolo sentó las bases tecnológicas para los viajes a la Luna, no solamente la infraestructura, el hardware, sino también el plan de vuelo y todo el planeamiento, la diferencia con respecto a Artemis recae en el avance del hardware, considera Arce.
“Artemis tiene computadoras mucho más rápidas, con más memoria, con procesadores más avanzados, se pueden hacer cálculos de manera prácticamente inmediata, la conectividad con la Tierra es mucho más eficaz en temas de comunicación. Digamos que la tecnología es mejor, pero las bases de planeamiento son similares, por eso las misiones Apolo son extremadamente importantes en la historia de los viajes aeroespaciales”, dice la especialista.
En esa línea, Jeff Foust, analista aeroespacial y periodista, señala que la electrónica es probablemente la mayor diferencia tecnológica con respecto a la era Apolo, pues permite un grado mucho mayor de automatización, lo que reduce la carga de trabajo de los astronautas. “Los avances en informática, cámaras y comunicaciones también permiten a los habitantes de la Tierra acompañar virtualmente el viaje, como demuestran las impresionantes imágenes y videos de la misión Artemis I”, dice a este Diario.
En este episodio de #EspacioATierra, aprende más sobre las investigaciones que se están llevando a cabo en la @Space_Station en preparación para las futuras misiones lunares de #Artemis pic.twitter.com/7diprNeuCU
— NASA en español (@NASA_es) April 5, 2023
¡Aquí están! Presentamos a los astronautas de #Artemis II:
— NASA en español (@NASA_es) April 3, 2023
Reid Wiseman (@astro_reid)
Victor Glover (@AstroVicGlover)
Christina Koch (@Astro_Christina)
Jeremy Hanson (@Astro_Jeremy)
Lee más: https://t.co/fP5TMSz9FC pic.twitter.com/GZrPt95inX
Otra mejora está en que hoy existe una mayor seguridad para los astronautas. Con tecnología más avanzada se pueden cubrir más aspectos en esa materia, empezando porque existe una comunicación más fluida con las bases en la Tierra y hay mejoras notables en el módulo lunar. Arce apunta a que la seguridad también es mayor gracias a que hemos aprendido de los errores del pasado.
“Desafortunadamente, durante la era de las misiones Apolo hubo algunos accidentes y se aprendió de eso para corregir y anticipar cualquier cosa que pudiera pasar ahora en Artemis. La tecnología es mucho mejor lo que da más facilidades para anticipar problemas y aumenta las probabilidades de éxito de la misión. Y, en el futuro, Artemis también va a servir como un precedente para mejorar lo que se tenga que mejorar”, señala.
-29 de agosto del 2022
Artemis I: vuelo de prueba
-Fines del 2024
Artemis II: primera tripulación, órbita lunar sin aterrizaje
-Fines del 2024 (o más tarde)
Lanzamiento de los primeros elementos del "Gateway"
*La estación no será utilizada para las misiones Artemis II y III
-2025
Artemis III: incluye aterrizaje humano en la Luna. El lugar de exploración será el polo sur lunar
No se puede perder de vista que esta misión de la NASA se da en paralelo a iniciativas comerciales como la estación espacial que planea construir la empresa Axiom, o el viaje a la Luna que el multimillonario japonés Yusaku Maezawa y otros diez civiles harán en fecha por determinar a bordo del cohete Starship de la firma privada Space X.
Los ojos en Marte
Si bien hay varias razones para realizar misiones humanas a la Luna, una de las principales es preparar misiones humanas posteriores a Marte.
Foust apunta que la Luna ofrece un lugar para probar las tecnologías necesarias para las misiones a Marte, así como para adquirir experiencia en la exploración de la superficie de otro mundo. Además, está a solo unos días de la Tierra, lo que facilita el regreso si algo sale mal.
“La exploración lunar también crea las alianzas internacionales necesarias para las misiones humanas a Marte, que pueden ser demasiado grandes y complejas para que un solo país, incluido Estados Unidos, las lleve a cabo por sí solo”, dice a este Diario.
“Con Apollo, hace medio siglo, demostramos que teníamos la tecnología para ir a la Luna, pero era tan caro que no era sostenible. Con Artemis, esperamos demostrar que no solo tenemos la tecnología, sino también la capacidad de mantener esas misiones mediante asociaciones internacionales y comerciales. Eso permitirá a la humanidad permanecer en la Luna a largo plazo y prepararse para ir a Marte”, concluye Foust.
Carla Arce
Astrofísica y divulgadora científica peruana
Investigar la Luna nos da más detalles de cómo se formó nuestro planeta y nuestro sistema solar. Definitivamente la misión Artemis II es muy importante. ¿Por qué no habíamos vuelto antes? Viajar a la Luna es extremadamente costoso y como todo vieja, sobre todo fuera de la Tierra, siempre implica un riesgo para la tripulación, entonces a menos que se tenga un objetivo fijado no tendría sentido viajar simplemente por recreación, por eso es que no viajamos desde los años 60 a la Luna.
Estas nuevas misiones son bastante importantes para la humanidad. Es un paso gigantesco hablar de que nuestra especie ya tenga en mente no solamente viajar a otro objeto fuera de la Tierra, aterrizar, estar ahí un rato y volver, sino que ya exista el proyecto de instaurar bases para que sean estancias más largas. Actualmente con la tecnología que tenemos -y muy probablemente a largo plazo- nos va a ser imposible como especie migrar para colonizar otros planetas u otros satélites, en primer lugar porque en el sistema solar a la fecha no se ha detectado ningún planeta ni ningún satélite que sea habitable o apto para que nuestra especia vaya a pasar ahí largas temporadas, y, en segundo lugar, porque los planetas potencialmente habitables que se han detectado están extremadamente lejos como para poder pensar en un viaje como especie.
Teniendo en cuenta estas limitaciones yo pienso que los pequeños pasos que estamos dando para ya poder hablar de instaurarnos en un lugar fuera de la Tierra, como es la Luna, es decir, sentar algunas bases para poder pasar temporadas un poco más largas, constituyen un gran paso a lo que llamamos el viaje interestelar, que hoy no es posible por los límites tecnológicas. Creo que paso a paso estamos haciendo cosas que hace más de medio siglo no hubiéramos imaginado.
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