Balance 2016: Tras la muerte de Fidel, la lucha por la sucesión

Tras la muerte de Fidel Castro y el anuncio de su hermano Raúl de que se retirará en el 2018, el próximo año estará marcado por las luchas internas en pos de la sucesión. Y aunque el mandatario cubano no ha aclarado si se retirará solo de la presidencia o si continuará a la cabeza de Partido Comunista Cubano (PCC) los enfrentamientos entre los partidarios de la línea dura –encarnada por las Fuerzas Armadas– y los tecnócratas del PCC permiten especular.

Los dos pilares que han sostenido al régimen durante más de medio siglo son las FF.AA. y el PCC. Y entre ambas instituciones los Castro han jugado el rol de equilibristas negociando cuotas de poder. Sin los dirigentes históricos, con la economía cada vez más deteriorada y un mundo que se mueve en la dirección contraria a los dictados de la revolución, resultará prácticamente imposible mantener el statu quo.

Los dos candidatos de fuerza para suceder a Raúl son el vicepresidente Miguel Díaz-Canel, tecnócrata del partido y delfín del mandatario, quien confía en llevar a cabo transformaciones económicas esenciales sin cambiar el régimen. Su competidor es el coronel Alejandro Castro Espín, el único hijo varón de Raúl Castro, jefe de Defensa y Seguridad Nacional, que cuenta con el apoyo de las FF.AA.

La situación inviable de Venezuela ha causado el distanciamiento con el régimen chavista que daba petróleo casi gratis. Cuba debe buscar nuevos aliados, y quien sea el sucesor tendrá en sus manos el continuismo o la apertura. Será una lucha fratricida entre ‘el hijo designado’ de Raúl y su hijo biológico.

Aunque es un personaje imprevisible, podemos especular que Donald Trump, que ya entibió su discurso de campaña con respecto a La Habana, no le haga ascos a un mercado de 11 millones de personas ávidas de consumo. Además, porque los sondeos de opinión en EE.UU señalan que la mayoría está de acuerdo con levantar el embargo.

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