Tiene el tamaño de dos campos de fútbol y el armamento que lleva es capaz de destruir ciudades enteras. A principios de este mes, la Armada de Rusia recibió el Belgorod, que es considerado el submarino más grande del mundo.
El submarino Belgorod está diseñado para lanzar el torpedo nuclear Poseidón, un arma en desarrollo que puede viajar a 130 kilómetros por hora bajo el agua para estallar con una potencia de 100 megatones, una explosión que puede crear un tsunami radioactivo que podría destruir ciudades.
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El Belgorod mide 184 metros de eslora y 18,2 de manga, está diseñado para una tripulación de 130 personas, posee dos reactores nucleares con una capacidad de 190 MW y en inmersión puede soportar aproximadamente 30.000 toneladas.
Se estima que la vida a bordo se puede alargar durante 120 días. Su capacidad de inmersión estaría en unos 500 o 520 metros de profundidad.
También cuenta con un navío de 20 metros para trabajar en labores de espionaje y sabotaje de cables de comunicación o gasoductos oceánicos, puede equiparse con otros sumergibles tripulados más pequeños, y tiene la suficiente capacidad de realizar labores destructivas.
El megatorpedo
De acuerdo con la cadena CNN, su fabricante promociona al Belgorod como un buque de investigación, pero otros dicen es una plataforma para espionaje y posiblemente armas nucleares.
Su diseño es una versión modificada de los submarinos de misiles guiados clase Oscar II de Rusia, que fueron construidos más largos con el objetivo de acomodar eventualmente los primeros torpedos sigilosos con armas nucleares del mundo y equipo para la recopilación de inteligencia.
El Belgorod es más largo incluso que los submarinos balísticos y de misiles guiados de la clase Ohio de la Marina de Estados Unidos, que llegan a medir 171 metros (569 pies).
“Lo que distingue al Belgorod de cualquiera de los submarinos de propulsión nuclear de la flota rusa, o de cualquiera de los submarinos nucleares operados en cualquier parte del mundo, es su misión”, dice CNN.
La agencia rusa TASS informó que el submarino llevará torpedos con capacidad nuclear Poseidón, que están siendo diseñados para ser lanzados desde cientos de kilómetros de distancia y para escabullirse de las defensas costeras viajando a lo largo del fondo del mar.
“Este ‘megatorpedo’ nuclear es único en la historia del mundo”, dijo el experto estadounidense en submarinos H. I. Sutton en su sitio web Covert Shores en marzo.
“Poseidón es una categoría de arma completamente nueva. Remodelará la planificación naval tanto en Rusia como en Occidente, lo que generará nuevos requisitos y nuevas contraarmas”, manifestó Sutton.
Según funcionarios estadounidenses y rusos, los torpedos del Belgorod podrían lanzar ojivas de varios megatones, causando ondas radiactivas que dejarían inhabitables franjas de la costa objetivo del impacto durante décadas.
En noviembre de 2020, Christopher A. Ford, entonces subsecretario de Estado para la seguridad internacional y la no proliferación, dijo que con los Poseidón se buscaba “inundar las ciudades costeras de EE.UU. con tsunamis radiactivos”.
Un informe del Servicio de Investigación del Congreso de EE.UU. (CRS) en abril dijo que los Poseidón están destinados a ser armas de represalia, diseñadas para devolver el golpe a un enemigo después de un ataque nuclear en Rusia.
Según el informe de CRS, el Belgorod sería capaz de transportar hasta ocho Poseidón.
Sutton escribió en 2019 que el Poseidón, que se espera que tenga 2 metros (6,5 pies) de diámetro y más de 20 metros (65 pies) de largo, “es el torpedo más grande jamás desarrollado en cualquier país”. Eso es “treinta veces el tamaño de un torpedo regular de ‘peso pesado’”, dijo Sutton.
En el 2018, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo que si están armados con ojivas convencionales, los Poseidón podrían usarse contra objetivos “incluidos grupos de portaaviones, fortificaciones costeras e infraestructura”.
¿La teoría se podría confirmar con la realidad?
Tras el pobre desempeño del ejército ruso en su guerra en Ucrania, algunos analistas consideran que el mal diseño de las armas y la corrupción que han hecho que se descuide el mantenimiento del hardware militar ruso, y que por ellos la superioridad militar contra los ucranianos no se tradujo en una victoria fulminante, como se vaticinaba antes del inicio de la invasión en febrero de este año.
“Ucrania es un recordatorio de que las armas avanzadas rusas no son balas de plata, sino que sufren problemas de confiabilidad. Hay muchas razones para creer que un torpedo de propulsión nuclear de alcance intercontinental tendrá una buena cantidad de problemas”, afirmó a CNN Hans Kristensen, director del Proyecto de Información Nuclear de la Federación de Científicos Estadounidenses.
Otros expertos piensan distinto.
“La transposición de las impresiones de las fuerzas aéreas tácticas y terrestres rusas a las fuerzas nucleares y submarinas rusas, en particular, las impresiones basadas en observar la ejecución de un plan bastante malo en Ucrania, podría conducir a una peligrosa subestimación de la competencia de esas fuerzas estratégicas rusas y su capacidad”, señaló Thomas Shugart, excapitán de submarinos de la Marina de EE.UU. y ahora analista del Center for a New American Security.
“Sería algo así como observar la retirada caótica de Estados Unidos de Afganistán y, como resultado, cuestionar la capacidad de sus submarinos de misiles balísticos para ejecutar su misión nuclear, una conclusión que los adversarios de Estados Unidos sacarían solo bajo su propio riesgo”.
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