Sospechas, intriga, conspiración. Mucho de esto se ha dicho sobre el último hecho que ha remecido el Vaticano: la aparición de un libro titulado “Desde lo profundo de nuestros corazones” en el que, supuestamente como coautor de la obra, el papa emérito Benedicto XVI presiona -junto con el conservador cardenal guineano Robert Sarah- presiona al papa Francisco para que no implemente la ordenación sacerdotal excepcional para hombres casados.
Aunque a través de su secretario personal, el arzobispo Georg Ganswein, Benedicto XVI ya ordenó que retiren su firma de la portada de la obra, la polvareda continúa.
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Desde España, el sacerdote Pablo Blanco Sarto -profesor de teología en la Universidad de Navarra y autor de varios libros sobre la vida y obra de Joseph Ratzinger, el nombre de pila del papa emérito- trata de desdramatizar los hechos.
— ¿Esta nueva polémica es un capítulo más de la realidad inédita en la Iglesia de tener a un papa retirado y otro reinante en el Vaticano?
Estas son cosas que ocurren con cierta frecuencia. Uno da una aportación, y a lo mejor alguien considera que esa aportación supone más que ese gesto, y toma la iniciativa de ponerla como tal en un libro. Yo creo que se ha dramatizado demasiado esta situación. En el mundo editorial a veces hay esta serie de avatares: uno da una colaboración y a lo mejor el otro se considera en la obligación de ponerlo como coautor.
— Los términos del cambio para la editorial entonces…
Me parece que el malentendido ya se ha subsanado. El libro sale con el nombre del autor (Robert Sarah) y el papa emérito va a figurar como colaborador. Es una colaboración de 7 páginas que coincide bastante con la homilía de Jueves Santo del 2008. Tengamos en cuenta el estado de salud de Benedicto XVI, un hombre de 92 años que ya no está para meterse a fondo en estas cuestiones. El arzobispo Ganswein ha puesto las cosas en su justo término.
— ¿Descarta lo que se viene diciendo de una conspiración de los sectores más conservadores?
Pues veo las cosas de un modo más pacífico, no veo ningún tipo de conspiración ni de polémica. En todo caso, no tengo información privilegiada, por lo que no estoy en condiciones de afirmar ni de negar la existencia de una conspiración. Habitualmente las cosas son más sencillas de como las interpretamos. Nos gusta ver tramas ocultas y conspiraciones.
— ¿No es que nadie se haya querido aprovechar de la situación de salud del papa emérito, entonces, y lo haya querido utilizar?
¿A quién se refiere?
— Al ala más conservadora de la Iglesia.
Es que no sé qué es eso, no me la han presentado, si usted me dice nombres y apellidos…
— El cardenal Robert Sarah puede ser uno de ellos.
Pues no lo sé, habrá que preguntárselo directamente al cardenal Sarah. Yo creo que hemos entrado en una vorágine editorial por querer sacar un libro que tenga impacto. Esto no ha sido tanto de parte del cardenal Sarah sino posiblemente del editor, quien ha querido usar el nombre de Benedicto XVI porque es evidente que con su crédito el libro tendrá una salida mucho mayor que si solo aparece el de Sarah. La teoría conspiranoide se escapa de mis posibilidades.
— Esta controversia también ha puesto en el tapete la falta de normativa sobre la actuación de eventuales papas eméritos. ¿Lo ve necesario?
No lo sé, son los expertos en derecho canónico los que tienen que dirimir estas cuestiones. El actual papa emérito no ha creado ningún problema al papa Francisco; por el contrario, ha tenido relaciones cordiales y colaboraciones fructíferas con él. El respeto del papa emérito hacia Francisco es ejemplar, incluso cuando han estado juntos se ha quietado el solideo [casquete que usan los eclesiásticos en la cabeza] para que se reconozca a la verdadera autoridad.
— ¿Ha cumplido entonces su promesa lanzada en el 2013, cuando renunció, de vivir apartado y en silencio para no desatar sospechas de quién ejercer la autoridad papal?
Me parece que sí, repito que incluso ha tenido algunas colaboraciones de tipo académico con Francisco, las ha suscrito de forma personal y sin comprometer a terceras personas, sobre todo si esa persona es el Papa actual, hacia quien Benedicto XVI tiene una unción y devoción que nos sirve de ejemplo a todos los cristianos.
— ¿La sintonía entre ambos papas es entonces real?
Yo creo que sí.
— ¿Y sobre el celibato piensan igual?
No sé si sus ideas en torno al celibato sean idénticas. El celibato está vigente y es obligatorio en la iglesia latina. En la iglesia católica hay sacerdotes casados en las iglesias orientales. Recordemos que Benedicto XVI admitió que pastores procedentes del anglicanismo, incluso estando casados, pudieran ser ordenados sacerdotes. He leído un artículo que dice que, para Francisco, el celibato no es un dogma sino un tesoro que ha funcionado en varios continentes, y también por motivos teológicos, pues habiendo podido tomar mujer Jesucristo no quiso tomarla, así que por esta identificación más plena con Jesucristo también es recomendable.
— ¿Qué cree que decidirá en unas semanas Francisco sobre la ordenación excepcional de hombres casados diáconos?
Hay que tener plena confianza en el papa Francisco. Hay todo un proceso de discernimiento y con la inestimable ayuda del Espíritu Santo se tomará la mejor decisión. Tranquilidad y buenos alimentos, como dice la expresión coloquial. Dejemos que el Espíritu Santo sople fuerte sobre la Iglesia y será lo que el Papa y los obispos hayan decidido como lo mejor.