Aviones de guerra de Rusia despegaban uno tras otro con gran estruendo el miércoles desde su base en la costa de Siria, que bullía de actividad mientras Moscú presiona en su ofensiva aérea días antes del inicio de las conversaciones de paz.
Helicópteros armados volaban a poca altura alrededor de la base, ubicada en la provincia de Latakia, para evitar cualquier posible ataque. Aunque el frente está a docenas de kilómetros de distancia y la zona que rodea la base está estrictamente controlada, el ejército de Rusia patrulla metódicamente la zona para asegurarse de que no hay amenazas terrestres.
Dos pesados aviones de transporte estaban estacionados junto a la principal terminal mientras soldados con rifles de asalto montaban guardia.
Desde el inicio de su campaña en Siria el pasado 30 de setiembre, los aviones de combate de Rusia han efectuado casi 6.000 misiones, una cifra impresionante para una flota con unas cuantas docenas de cazas.
El ejército de Rusia trasladó el miércoles a un grupo de periodistas asentados en Moscú a Siria para observar sus operaciones. El portavoz del Ministerio de Defensa, el general Igor Konashenkov, dijo el martes que los cuatro días anteriores, aviones de combate rusos realizaron 157 salidas alcanzando 579 objetivos en seis regiones sirias, y el ritmo no mostraba indicios de ralentizarse el miércoles.
Moscú dice que ataca a extremistas del grupo Estado islámico y a otros radicales y desechó las acusaciones de occidente de que alcanzó a rebeldes moderados que luchan contra el presidente sirio Bashar al Asad. El Kremlin rechazó también las acusaciones de que su aviación atacó a civiles, insistiendo en que todas las víctimas se produjeron en instalaciones ocupadas por los insurgentes lejos de zonas pobladas.
Konashenko apuntó que fuerzas del gobierno sirio han retomado el control de unas 250 localidades y aldeas gracias a la campaña aérea de Rusia. Cada objetivo se verifica con múltiples fuentes de inteligencia antes de ser atacado desde el aire, agregó.
Está previsto que el gobierno sirio y la oposición participen en conversaciones en Ginebra a partir del próximo lunes. Las negociaciones buscan allanar el camino para un acuerdo político con una nueva constitución y elecciones en el plazo de año y medio, pero las esperanzas de éxito son escasas.
Negociadores internacionales, incluyendo Estados Unidos y sus aliados y los apoyos de Assad — Rusia e Irán — no han logrado un acuerdo en cuales de los numerosos grupos insurgentes sirios deberían ser considerados extremistas y cuáles deberían participar en el diálogo político.
El ministro ruso de Exteriores, Sergey Lavrov, y el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, se reúnen el miércoles en Suiza para intentar resolver sus diferencias sobre quienes deberían unirse a las conversaciones medidas por Naciones Unidas.
Fuente: AP
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— Mundo El Comercio (@Mundo_ECpe) enero 20, 2016
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