A mediados de febrero, cuando la tensión entre Rusia y Ucrania estaba por alcanzar el pico que terminaría conduciéndolos a la guerra, una de las mayores estrellas deportivas estadounidenses de la actualidad arribaba al aeropuerto de Sheremetyevo, cerca de Moscú.
Como lo había hecho durante los últimos siete años, Brittney Griner, de 31 años, aprovechaba las temporadas de para en la liga de baloncesto estadounidense (WNBA) para jugar con la camiseta del UMMC Ekaterimburgo ruso. En esta ocasión, sin embargo, los agentes de Aduanas la llamaron a un lado.
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Dentro del equipaje de Griner se encontraron cartuchos de vaporizador rellenos con aceite de cannabis. La jugadora fue arrestada y se le advirtió que podría enfrentar una pena de hasta diez años de cárcel por los delitos de posesión y contrabando de drogas.
Reflectores apagados
Griner es una gigante del deporte. Y esto no solo se debe a sus 206 centímetros de altura, sino sobre todo a su increíble palmarés: campeona universitaria, campeona de la WNBA con los Phoenix Mercury, campeona de dos mundiales y ganadora de dos medallas de oro olímpico.
Por ello durante los casi 150 días que lleva detenida una crítica ha resonado de forma intermitente: por qué esto no es un terremoto mediático. “Si LeBron James o Kevin Durant hubiesen pasado por esta situación, habría estado en las portadas de todos los periódicos importantes de Estados Unidos. La gran diferencia es que Griner es mujer”, comenta a El Comercio Aron Solomon, analista legal en jefe de Esquire Digital.
Pero no solo la prensa estadounidense ha sido objeto de críticas. La Administración Biden ha sido acusada de no esforzarse lo suficiente por garantizar el regreso de la calificada deportista.
Lo cierto es que, desde mediados de marzo, el Departamento de Estado aseguró que brinda el apoyo necesario a Cherelle, esposa de Griner, y al resto de su familia; en mayo calificaron de “injusta” su detención y asignaron su caso a la oficina del Enviado Presidencial Especial de EE.UU. para Asuntos de Rehenes.
“El Gobierno ha dicho por muchas semanas que la detención de Griner es un error y eso significa que no considera que los cargos en su contra estén justificados. Coincido en que en los primeros cien días el caso no tuvo casi nada de atención, ya fuera en redes o en medios tradicionales. Pero nunca sabemos qué se hace detrás de escena, cómo negocian los diplomáticos”, apunta Solomon.
Pero, entonces, ¿qué estaría detrás de la detención de esta estrella? “Yo creo que a Griner no la arrestaron por algo que hizo sino porque Rusia vio quiénes eran los estadounidenses con perfil más importante dentro de su territorio. Griner ha sido tomada como un arma política, alguien a quien intercambiar”, asegura el experto.
Presión mediática
Desde su arresto, el cual se ha ido aplazando casi cada mes, la basquetbolista ha estado en contacto con representantes diplomáticos de su país, quienes aseguran que hasta ahora se encuentra en buenas condiciones.
En una de esas visitas, Griner hizo algo que cambió la atención que recibía y, quizá con ello, su destino lejos de Rusia: escribir una carta.
“No se olvide de mí y de los otros detenidos”, decía la misiva en la que Griner le pedía a Joe Biden que la llevara de vuelta a casa.
La carta que el presidente recibió el 4 de julio llegó apenas tres días después de que comenzara el juicio en la capital rusa. Al conocerse el texto, celebridades como el basquetbolista LeBron James o la futbolista Megan Rapinoe mostraron su indignación por “la pasividad del Gobierno” y han expresado su apoyo a Griner.
“¿Cómo puede sentir que el Gobierno la respalda? Yo me preguntaría si de verdad quiero volver”.
LeBron James Estrella de la NBA sobre el caso Griner y la "pasividad" del Gobierno
“Yo comparo la respuesta a la situación con la de la estrella de pop Britney Spears, que obtuvo atención cuando figuras públicas de alto nivel se unieron a la protesta”, señala Solomon.
El jueves 7, Griner se declaró culpable de los cargos y está a la espera de que se dicte sentencia. Sin embargo, la audiencia final ha sido postergada ya dos veces. Primero anteayer, sin mayor explicación; y luego ayer, después de que la abogada de Griner presentara una prescripción médica para el uso del aceite de cannabis por su defendida. Se espera que el 26 de julio se dicte la sentencia.
—¿Por qué Griner se declaró culpable de todos los cargos?
Fue una sabia decisión dado que Rusia tiene una tasa de condenas del 99,75%. Esta tasa, que se remonta a la era soviética, subraya el hecho de que un acusado es casi culpable a los ojos de la ley rusa. El Departamento de Estado determinó recientemente que el sistema judicial ruso no es independiente ni imparcial, pero sí susceptible de corrupción o incapaz de emitir veredictos justos.
—La prensa estadounidense ha revelado que se buscaría intercambiar a Griner por un preso ruso, ¿esto fue premeditado?
La señora Griner puede estar siendo utilizada como peón por Rusia. Entre varios círculos, se habla de un posible canje por Viktor Bout, un notorio traficante de armas ruso conocido comúnmente como “el mercader de la muerte”. Recuerda a lo que hizo Rusia recientemente con el exmarine Trevor Reed.
—¿Una deportista arrestada por llevar aceite de cannabis y un traficante de armas que proveía a grupos terroristas no están un poco lejos en la escala judicial?
Si bien los dos prisioneros pueden no ser del mismo calibre en lo que respecta a la criminalidad, el propósito de un intercambio es asegurar la libertad de un ciudadano. Si Bout es el único activo en el que los rusos están interesados, no deja muchas opciones para los negociadores estadounidenses. Se convierte en una cuestión del valor que EE.UU. otorgue a la detención de Bout y a la libertad de Griner. Sopesar el valor de las vidas humanas es una tarea difícil.
El intercambio de prisioneros: una posible salida para la medallista
Durante más de una década, una flota de aviones transportó misiles tierra-aire, minas terrestres, armas y municiones a diferentes grupos terroristas y guerrillas en África, América del Sur y el Medio Oriente. La organización estaba liderada por Viktor Bout, un contrabandista ruso que fue capturado en el 2008 en Tailandia y extraditado a EE.UU., donde recibió una condena de 25 años por, entre otros cargos, conspirar para asesinar a ciudadanos estadounidenses.
Ahora, el denominado ‘Mercader de la Muerte’ podría ser la clave para la libertad de la medallista estadounidense Brittney Griner, detenida en Rusia.
La prensa ha informado que Rusia habría puesto como condición a Bout para cualquier posible intercambio de la jugadora.
Washington creó en 1977 el Programa de Transferencia Internacional de Prisioneros, mecanismo con el que busca repatriar a sus ciudadanos apresados en otro país con el que haya firmado un tratado previo.
Desde entonces, este tipo de negociaciones son llevadas a cabo por el Departamento de Estado, pero el programa en sí recae bajo la responsabilidad del Departamento de Justicia.
El programa no establece qué prisioneros pueden ser intercambiados, debido a que la prioridad es aliviar los problemas diplomáticos entre ambas naciones.
Un ejemplo es el trueque realizado el 27 de abril entre Trevor Reed, un exmarine preso en Rusia desde el 2019, y el piloto ruso acusado de narcotráfico Konstantin Yaroshenko.
El exmarine Paul Whelan fue detenido en el 2018 en Rusia y sentenciado a 26 años de cárcel por espionaje en un polémico juicio
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