Milagros Asto Sánchez

Las imágenes de decenas de barcos cargados de contenedores haciendo fila para cruzar el Canal de Panamá formando un embotellamiento sin precedentes en la crucial vía de navegación interoceánica dejaron dos cosas claras este año: la crisis hídrica es un tema impostergable en la agenda mundial y el impacto de los fenómenos del clima terminará costando cada vez más.

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La vía que conecta 1.920 puertos del mundo vivió este 2023 el segundo año más seco de su historia. La combinación del cambio climático y el fenómeno de El Niño fue el telón de fondo para una escasez de agua que sigue preocupando a las autoridades del canal y a sus clientes. Ya que opera con agua dulce, el canal sufre por el bajo nivel de los lagos de los que se abastece. Todos cuentan los días para que vuelva a llover.

En los últimos meses, la severa sequía obligó a la Autoridad del Canal de Panamá a tomar medidas drásticas. Redujo el tránsito habitual de barcos: si antes pasaban entre 36 y 38 al día, en este momento pasan 22 (ver infografía). También disminuyó el calado de los buques (tonelaje de la carga) y se realizaron variaciones en la tarifa por el uso del agua.

La restricción provocó, además, un aumento notorio del número de barcos que hacen fila para cruzar esta vía que conecta el océano Pacífico con el Atlántico. El pico se alcanzó en agosto, con 161 naves atascadas.

Una ruta clave para el comercio
IMPORTANCIA
  • 6% del comercio marítimo internacional pasa por el Canal de Panamá.
  • Aporta un promedio anual de 6% del producto bruto interno de Panamá y al menos el 20% de los ingresos del Gobierno.
  • Desde que pasó a manos panameñas, el canal ha entregado más de US$25.700 millones a las arcas del país.
  • El 2023 es el segundo año más seco en la historia registrada en la cuenca hidrográfica del canal.

Ante la crisis, algunas navieras han optado por explorar rutas alternas, aunque resultan más extensas y costosas. Las restricciones afectan principalmente a las naves más altas y a los petroleros.

Impacto a futuro

Según un informe del Gobierno Panameño divulgado a inicios de diciembre, el canal registró en el último año fiscal (1 de octubre del 2022-30 de setiembre del 2023) una disminución en el tránsito de buques y de carga en relación con el ejercicio anterior, pero más dinero. De hecho, Panamá recibió de la vía el mayor ingreso de su historia.

Y es que las consecuencias económicas de las restricciones en el canal se verán recién en el próximo período fiscal, y ya se estiman en unos 200 millones de dólares la caída de los ingresos producto de la sequía.

Reducciones en el 2023
  • 510 millones de toneladas de carga pasaron por la vía panameña este año, ocho millones menos que en el ejercicio anterior.
  • El número de tránsitos también se redujo de 13.003 buques a 12.638.
  • 38 embarcaciones transitan por la vía en condiciones óptimas, pero el número se ha reducido gradualmente en los últimos meses y continuará así: 24 en noviembre, 22 en diciembre, 20 en enero y 18 en febrero.

Katiuska Hernández, periodista del diario local “La Prensa”, señala que el canal no ha perdido dinero porque desde hace años las navieras han consolidado sus cargas, que hace que un solo barco lleve más tonelaje.

“El canal cobra por barco y por tonelaje, entonces este año ha dado más dividendos al Estado pese a la época crítica. Claro que hay navieras extranjeras que han decidido irse por el Canal de Suez, otras que están por el Cabo de Hornos y otras que sí quieren seguir por el canal, pero tienen que pagar más. La reducción de los ingresos se va a notar en el año fiscal 2024″, remarca a El Comercio.

EFECTO EN EL PERÚ

El Instituto de Investigación y Desarrollo de Comercio Exterior de la Cámara de Comercio de Lima advirtió en agosto que la sequía en el Canal de Panamá podría afectar el crecimiento de las exportaciones peruanas hacia Europa y África para este año.

Los principales sectores económicos que podrían verse perjudicados son el agro no tradicional y los rubros minero y de petróleo y gas natural.

Rafael del Campo, director de la Asociación de Exportadores (ÁDEX), confía en que la situación va a normalizarse. “Los barcos siguen cruzando; si no lo hacen por el canal, cruzan por otro lado. El efecto podría ser en costo mas no en la incapacidad de llegar a un destino”, dice a este Diario. Destaca, además, que los costos por medidas son trasladados a los dueños de las cargas. “Las navieras nunca pierden, el que pierde siempre es el consumidor final”, añade.

Más restricciones

Por estos días, el nivel del agua aún es bajo, pero ha subido un poco, lo que permite aumentar en algo la cantidad de buques diarios. Más allá de ello, las restricciones y medidas continuarán.

Aunque pertenece al gobierno, el canal trabaja de forma autónoma y ha anunciado que la reducción de traslados diarios continuará al menos hasta el primer trimestre del 2024. Además, ha propuesto hacer un tercer embalse para tener más afluencia de agua.

“Ha sido un año muy retador y el verano no va a mejorar. Por primera vez hemos tenido que reducir el número de tránsitos para poder mantener un calado competitivo. La reducción de calado continuará unos meses más. Tenemos el fenómeno de El Niño, la temporada seca, pero calculamos que en mayo las lluvias deben volver”, se esperanzó esta semana la subadministradora del Canal de Panamá, Ilya Espino.

AGUAS TURBULENTAS EN EL MAR ROJO
Tensión por violencia en el otro gran canal mundial

El mar Rojo, que llega hasta el canal de Suez (Egipto), es escenario de una nueva crisis internacional. Desde hace cuatro semanas milicianos hutíes de Yemen respaldados por Irán vienen atacando con misiles y drones a barcos que transitan por sus aguas, en respuesta a la guerra entre Israel y el grupo islamista Hamas.

La violencia está obligando a las compañías navieras, que usan el canal para ir de Asia a Europa y viceversa, a desviar sus rutas, lo cual obliga a mayores costos.

El canal de Suez es punto de paso de cerca del 10% del comercio mundial. Muchas navieras utilizan ahora la vía del cabo de Buena Esperanza, en el sur de África, para llegar a Europa.

Una coalición liderada por EE.UU. dice estar lista para entrar en acción y dar seguridad a los buques.