Cuando el capitán de la policía de Charleston, Gregory Mullen, calificó la muerte de nueve estadounidenses de raza negra en una iglesia de la localidad a manos de un pistolero como "crimen de odio", un debate se abrió en todo el país.
Muchos criticaron la clasificación porque consideran que no es lo suficientemente fuerte para describir la masacre, de la que se acusa al joven blanco de 21 años Dylann Roof.
Este viernes, la portavoz del departamento de Justicia de EE.UU., Emily Pierce, ratificó lo que la víspera había dicho la fiscal general Loretta Lynch sobre la línea de investigación.
"El desgarrador episodio fue diseñado indudablemente para causar miedo y terror entre la comunidad, y el departamento está viéndolo desde todos los ángulos, incluyendo el de crimen de odio o el de terrorismo doméstico".
Pero algunos argumentan que si el crimen hubiera sido perpetrado por un árabe o un negro o alguna otra minoría, la palabra "terrorismo" hubiera sido usada con mayor rapidez.
"El terrorista que causó la tragedia de Charleston tenía una bandera del apartheid en su chaqueta. Si un musulmán se pone una bandera de Estado Islámico, no lo dejan entrar a un centro comercial", escribió en su cuenta de Twitter el activista Samuel Sinyangwe.
La muerte de Walter Scott en el mes de abril causó una fuerte conmoción en EE.UU.
El comediante Jon Stewart hizo una reflexión en su programa de la noche del jueves que fue reproducida por muchos otros medios estadounidenses.
"Están utilizando una sutileza del lenguaje para disfrazar su falta de esfuerzo para llamarlo como es: un ataque terrorista", dijo Stewart, cuyo programa diario de sátira política goza de gran seguimiento.
"Esto es un ataque violento contra la iglesia Emanuel en Carolina del Sur, que es un símbolo para la comunidad negra… esto no es una tragedia ocasionada por un tornado. Esto fue racista", añadió.
Símbolos supremacistas
El término terrorista quedó marcado tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, en los que murieron casi 3.000 personas.
De inmediato, el presidente George W. Bush inició la denominada "guerra contra el terrorismo", que quedó vinculada a la lucha contra grupos extremistas de inspiración musulmana, como Al Qaeda o, más recientemente, el autodenominado Estado Islámico.
La muerte de nueve personas en una iglesia de Carolina del Sur fue calificado como un "crimen de odio".
El departamento de Justicia estadounidense también considera como terroristas organizaciones nacionales, algunas de ellas grupos supremacistas blancos que desconocen la autoridad del Estado.
Aunque no ha surgido hasta ahora ningún vínculo entre Roof y alguno de estos movimientos, una foto del joven en Facebook presentada por los medios lo muestra con una chaqueta con las banderas de Rodesia (el actual Zimbabue, que en la década de los 70 aplicó una política de segregación racial) y la de Sudáfrica del apartheid, época venerada por muchos supremacistas.
Un punto adicional es el simbolismo de la iglesia donde ocurrieron los hechos, todo un emblema de la lucha por los derechos civiles de la comunidad negra, con una historia a veces trágica.
Otro elemento que llamó la atención de algunos periodistas fue que, aunque se advirtió a las personas vecinas al templo que permanecieran en casa, era fácil movilizarse por Charleston horas después del ataque.
De hecho, Roof fue arrestado 15 horas después, en el vecino estado de Carolina del Norte.
"América despierta" dice el mensaje en un muro de la ciudad de Ferguson después de los incidentes de agosto del año pasado.