En el 2010, cuando un terremoto de 8,8 grados de magnitud sacudió Chile, las descoordinaciones de las autoridades a la hora de emitir la alerta de tsunami y ordenar las evacuaciones impidieron que se salvaran numerosas vidas.
Cinco años después, la lección de aquella tragedia fue aprendida y hoy el mundo se pregunta por qué un terremoto de 8,4 grados, seguido de un tsunami, no causó una tragedia como, por ejemplo, en Nepal, donde este año un sismo de 7,8 mató a más de 7.000 y devastó ciudades.
Las claves para el caso chileno son coordinación, experiencia y buena preparación. En Chile, los planes de seguridad y coordinación están centralizados en la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior y Seguridad Pública (Onemi).
El miércoles, apenas se sintió el terremoto con epicentro en el mar, el ministro del Interior, Jorge Burgos, ordenó la evacuación preventiva de las zonas costeras desde Arica hasta Puerto Aysén ante el riesgo de que se origine un tsunami. Y la orden vino a través de mensajes de texto emitidos por la Onemi.
¿Cómo funciona la alerta? Se trata de una alerta sonora y un mensaje de texto con la frase “SHOA [Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada] establece evacuar a zona de seguridad”. Se activa con sismos superiores a 7 grados (que son los que generan un tsunami).
El sistema está disponible para más de tres millones de celulares, agrupados en 14 marcas y 178 modelos. Además, el sistema no deja de funcionar pues, como sucedió el miércoles, cuando hay un terremoto las empresas de telefonía cortan el servicio de voz y mantienen el de mensajería, evitando así que las líneas colapsen.
¿El resultado? El objetivo de evacuar por encima de los 30 metros sobre el nivel del mar, de manera ordenada y aplicando lo aprendido en los simulacros, se cumplió con creces: alrededor de un millón de chilenos se reunieron en zonas seguras. Cabe indicar que en la costa las rutas de evacuación están claramente señalizadas.
En cuanto a la infraestructura, tras lo sucedido en Concepción en el 2010 con la caída de edificios modernos, Chile estableció estrictas medidas en materia de construcción antisísmica. Por ello, la destrucción del miércoles se dio en mayor parte en frágiles casas de adobe.
Otros datos
En el 2013, la Onemi realizó un megasimulacro de tsunami que solo en el norte de Chile movilizó a 300.000 personas.
En abril de este año, solo en Arica más de 62.000 personas participaron en un simulacro de tsunami, mientras que en agosto pasado, en la región de Maule, unas 18.000 personas hicieron lo propio.
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— Mundo El Comercio (@Mundo_ECpe) septiembre 18, 2015
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