Un cohete Proton-M que transportaba un satélite mexicano sufrió un desajuste y se quemó cuando sobrevolaba Siberia poco después de su lanzamiento, en lo que supone el último caso de una serie de problemas para la industria espacial rusa.
El cohete, que llevaba consigo el MexSat-1, un satélite de comunicaciones, sufrió un problema unos 500 segundos después de su lanzamiento desde la base de Baikonur, en Kazajistán, según citaron los medios rusos a las autoridades espaciales.
La agencia espacial rusa Roscosmos dijo en un comunicado que el satélite, el tercer módulo del cohete y el propulsor quedaron quemados casi completamente en la atmósfera. La agencia agregó que el accidente había ocurrido a 161 kilómetros de altitud.
No se han aclarado inmediatamente las causas del choque.
El vicepresidente de la firma responsable del lanzamiento, International Launch Services (ILS), Jim Kramer, dijo en una conferencia en México que los primeros indicios apuntan a que piezas de la nave reingresaron a la tierra y cayeron sobre territorio ruso, en el extremo oriente de Siberia, aunque lo más probable es que se hayan desintegrado.
El ejecutivo agregó que una comisión estatal rusa investigará la anomalía que provocó el accidente y señaló que todos los lanzamientos futuros de este tipo han sido suspendidos.
El secretario de Comunicaciones y Transporte de México, Gerardo Ruiz, dijo que el satélite estaba asegurado y que el Gobierno recuperará el monto total invertido. Precisó que el costo de fabricación fue de 300 millones de dólares y el de lanzamiento ascendió a 90 millones de dólares.
Ruiz aclaró que el lanzamiento con ILS había sido contratado desde febrero de 2012 durante la administración anterior y se respetó este acuerdo para evitar sanciones por incumplimiento.
Agregó que el Gobierno prevé lanzar un segundo satélite en octubre desde Cabo Cañaveral, Estados Unidos, con Lockheed Martin Comercial Launches Services, unidad de Lockheed Martin Corp..
INDUSTRIA AFECTADA POR ACCIDENTES
Los cohetes Proton, de fabricación rusa, hicieron sus primeras pruebas de vuelo a mediados de la década de 1960.
Fue diseñado originalmente como un misil balístico intercontinental, capaz de transportar una cabeza nuclear hasta Estados Unidos. Pero nunca se desplegó como arma nuclear.
La industria espacial rusa, que fue pionera en la exploración del cosmos con el envío del primer satélite y el primer hombre en órbita, se ha visto hostigada por una serie de accidentes que han empañado su reputación.
A finales de abril, Rusia abandonó una misión de 2.600 millones de rublos (51 millones de dólares) para enviar suministros a la Estación Espacial Internacional, después de que una nave no tripulada de transporte Progress M-27M fuera incapaz de descargar sus provisiones -casi tres toneladas- en la Estación, debido a un problema.
En julio de 2013, un cohete Proton que transportaba tres satélites de navegación con un costo cercano a los 200 millones de dólares, se estrelló poco después de despegar del cosmódromo ruso de Baikonur.
Sólo unas pocas horas antes del accidente del Proton del sábado, otra nave de transporte, una Progress M-26M ensamblada en la Estación Espacial Internacional, no pudo arrancar sus motores y corregir la órbita de la Estación, según informaron los medios rusos.
Las vidas de los tripulantes no están en peligro, añadieron.
Fuente: Reuters