Lo que los colombianos se juegan en las urnas este domingo
Lo que los colombianos se juegan en las urnas este domingo

Bogotá (El Tiempo/GDA) Al votar este domingo para elegir a la persona que ejercerá la Presidencia de la República durante los próximos 4 años, los colombianos definirán también la suerte de una serie de asuntos absolutamente trascendentales para el país.

El más sensible de todos es : el tema en juego más importante en la cita electoral de este domingo, no solo por la posibilidad de poner fin a medio siglo de conflicto armado, sino porque el ‘efecto paz’ sería determinante en todas las variables políticas, económicas y sociales de la nación a corto, mediano y largo plazo. 

Por eso algunas voces, como la del presidente del Partido Conservador, Ómar Yepes Alzate, y la del vocero de la Sociedad de Agricultores de Colombia, Rafael Mejía, creen que lo que está en juego hoy en las urnas no es otra cosa que “el futuro mismo del país”.

Todos los candidatos, sin excepción, han dejado claras sus posturas sobre la búsqueda de la paz, y en particular sobre los , donde el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las Farc han logrado consensos en más del 50 por ciento de la agenda. (Así llegan los cinco candidatos a las elecciones)

POSICIONES CLARAS
Cuatro de los cinco candidatos (Juan Manuel Santos, Enrique Peñalosa, Clara López y Marta L. Ramírez), con sus asimetrías, han dicho que de ser elegidos mantendrán el proceso en marcha. (Razones por las que los aspirantes buscan su voto)

El candidato uribista, Óscar Iván Zuluaga, es quien mayores reservas tiene sobre los diálogos en la capital cubana. Ha dicho que si es elegido presidente congelará las conversaciones por 8 días, para que en ese tiempo las Farc determinen un cese unilateral del fuego y pongan fin al reclutamiento de menores, entre otras condiciones. En caso de no acceder a sus exigencias, daría por terminadas las negociaciones con esa guerrilla.

Zuluaga es reconocido por encarnar las tesis de su jefe supremo, el expresidente Álvaro Uribe, partidario de hacer prevalecer el componente militar en la solución de lo que para él es una “amenaza terrorista”. 

De hecho, parte de la polarización del país y de la campaña presidencial hunde sus raíces en la decisión de Santos de emprender negociaciones de paz con las Farc y de pasar una ley (la de víctimas) que determinó que lo que hay en Colombia es un “conflicto armado interno” que requiere de una solución política.

El candidato de Alianza Verde, Enrique Peñalosa, quien ha prometido mantener intacto el proceso con las Farc, cree que las condiciones de Zuluaga terminarían por “destruir” los avances logrados en La Habana.

Santos, en declaraciones recientes para "El Tiempo", dijo que lo que “los colombianos van a decidir este domingo es si el país avanza por el camino de la paz o regresa al pasado por la senda de la guerra”

Y dado que Santos y Zuluaga tienen las dos principales intenciones de voto, no son pocos los analistas que ven estas elecciones como un auténtico plebiscito sobre el proceso de paz con la guerrilla de las Farc en La Habana. Un proceso que ha llegado más lejos que cualquier otro intento de paz en el pasado, pues de los 6 puntos de la agenda pactada, el Estado y las Farc ya han llegado a un acuerdo en tres: desarrollo agrario integral, participación política y drogas ilícitas.

Otro asunto que los colombianos contribuirán a definir este domingo con sus votos es el manejo de las relaciones internacionales.

La llegada de Santos al poder en el 2010 significó una recomposición de las relaciones con los vecinos, en especial con Venezuela y Ecuador, socios políticos y comerciales de primera línea.

La diplomacia santista también logró insertar a Colombia en el contexto latinoamericano, con un tono más cordial, a través de Unasur, sin que ello le impidiera fortalecer sus vínculos con países más defensores del mercado en el continente como Chile, Perú, Brasil y México.

De modo similar a lo que ocurre con el tema de la paz, Clara López y Enrique Peñalosa, en caso de ser elegidos, mantendrían parte de esa línea diplomática de Santos.

“Colombia no puede utilizar el tema de las relaciones exteriores con Venezuela como parte de la polarización interna y de la confrontación interna en el país”, aseguró López esta semana.

Zuluaga y Marta Lucía Ramírez, más afectos al expresidente Uribe, son críticos radicales del régimen chavista y su llegada al poder podría traer consigo nuevas tensiones en las fronteras.

El catedrático de la Universidad del Rosario, Enrique Serrano, confirma que “el modelo de Santos, de conciliación, evita el conflicto y en muchos sentidos es conveniente. No por nada es bien visto en las relaciones internacionales”.

VISIÓN DE ESTADO
Regresando al plano interno, en las elecciones de este domingo también se juega la correlación de fuerzas a nivel político, y en últimas la gobernabilidad.

Ante el muy probable escenario de que hoy no se elija presidente –según todas las encuestas–, habrá una realineación de todas las fuerzas. El proceso de paz será un factor clave en esa realineación, pero no el único.

Uribistas y santistas tienen visiones diferentes sobre el tamaño y alcance del Estado. Mientras que los primeros profesan que debe ser “austero”, los santistas defienden un Estado más potente, para potenciar los cambios que requiere el país.

“Estas elecciones van a marcar la recomposición de las fuerzas políticas hacia las próximas dos o tres décadas del país”, opinó Carlos Patiño, de la U. Nacional.

Y las líneas maestras de esa recomposición comenzarán a verse con el escrutinio de la jornada electoral de hoy.

LEGITIMIDAD INSTITUCIONAL
Colombia la posibilidad de un importante fortalecimiento institucional.

Una votación masiva este domingo sería un mandato político fuerte para llevar el país a más altos niveles de legitimidad política.

Un gobierno con un mandato político sólido tendrá mejores posibilidades para avanzar, no solo en el proceso de paz, el mayor reto político de la historia reciente, sino en reformas apremiantes de la educación, la salud, la justicia y la misma política.

También le facilitará la lucha contra la corrupción que han demandado las organizaciones sociales y los ciudadanos.

Un mandato débil de las urnas dará a luz un gobierno débil.

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