La comunidad internacional rechazó la ejecución de 47 personas condenadas por "terrorismo", entre ellas a yihadistas sunitas de Al Qaeda y al líder religioso chiita Nimr al Nimr, por orden del gobierno de Arabia Saudí.
El Departamento de Estado de Estados Unidos emitió un comunicado señalando que siempre debe garantizarse y permitirse la expresión pacífica de opiniones divergentes. Instó además a la cúpula de Arabia Saudí a colaborar con todos los sectores de la sociedad para rebajar las tensiones desatadas por las ejecuciones.
Las autoridades estadounidenses subrayaron además su preocupación de que la ejecución del clérigo chiita y activista político Nimr Baqer al Nimr genere tensiones religiosas en momentos en que "urge reducirlas".
Francia también reaccionó a las ejecuciones con una declaración en la que las "deplora profundamente" en nombre de su "oposición constante a la pena de muerte en todo lugar y circunstancia".
El Ministerio francés de Exteriores, que evitó el término "condena", lanzó un mensaje no directamente a las autoridades saudíes sino a "los responsables de la región para hacer lo posible para evitar la exacerbación de las tensiones sectarias y religiosas".
"Francia -señaló el Ministerio en su comunicado- deplora profundamente la ejecución el sábado en Arabia Saudí de 47 personas, entre ellas un jefe religioso chií".
Por su parte, la organización pro derechos humanos, Amnistía Internacional condenó en un comunicado las ejecuciones y consideró que buscan "aplastar" la disidencia y "ajustar cuentas".
"El asesinato del jeque Nimr Baqer al Nimr sugiere que las autoridades de Arabia Saudí están empleando la pena de muerte en nombre del antiterrorismo para ajustar cuentas y aplastar a los disidentes", denunció en la nota el director de la organización para Oriente Medio y el Norte de África, Philip Luther.
"Llevar a cabo estas sentencias a muerte cuando hay serias dudas respecto a la legitimidad del juicio es una justicia monstruosa e irreversible", remarcó Luther.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó las ejecuciones y llamó a la calma para evitar un resurgimiento de las tensiones sectarias en Oriente Medio.
"El secretario general está profundamente consternado por la reciente ejecución de 47 personas en Arabia Saudí, incluido el clérigo Nimr Baqer al Nimr", dijo el portavoz de la ONU en un comunicado distribuido por su oficina.
"Nimr Baqer al Nimr y otros de los prisioneros ejecutados fueron condenados después de juicios en los que hubo serias dudas sobre la naturaleza de los cargos y la imparcialidad del proceso", añadió en el comunicado.
El clérigo chií más destacado de Iraq condenó la ejecución del destacado opositor chií en Arabia Saudí y lo describió como un "mártir".
En un comunicado emitido el domingo, el gran ayatolá Ali al-Sistani expresó sus condolencias por el "martirio" del jeque Nimr Baqer al Nimr y otras personas del este de Arabia Saudí, donde se concentra la minoría chií del país. "Su sangre se derramó de forma injusta y agresiva", afirmó.
El líder del poderoso movimiento chiita libanés Hezbolá, Hasán Nasralá, condenó este domingo el "terrorismo" y el "despotismo" de Arabia Saudí, al denunciar la ejecución de un alto clérigo chiita saudí, figura de la oposición al régimen de Riad.
En un discurso retransmitido por la cadena de televisión del Hezbolá, Al Manar, estimó que la ejecución del jeque Nimr Baqer al Nimr el sábado "revela la verdadera cara de Arabia Saudí, la cara despótica, criminal y terrorista".
La familia real de Arabia Saudí "Al Saud quiere crear un conflicto entre los sunitas y los chiitas. Son ellos quienes desde hace décadas avivan" este conflicto, dijo Hasán Nasralá. "Lo que la familia Al Saud ha hecho no es algo que se puede pasar por alto de ninguna manera", dijo el jefe del Hezbolá.
Con las ejecuciones del sábado, Arabia Saudí continúa la tendencia del año pasado, en el que alcanzó el número más alto de ejecuciones de los últimos años. Arabia Saudí llevó a cabo al menos 157 ejecuciones en el 2015 y las decapitaciones alcanzaron su máximo nivel en el reino en dos décadas, según varios grupos de defensa que monitorean la pena de muerte en todo el mundo.
Fuente: Agencias