Madrid. Los llamados a actuar de manera urgente y decidida para salvar a la Humanidad enfrentada al desarreglo climático se multiplicaron este lunes en la apertura de la COP25 en Madrid, ante temores de que la cita pueda quedarse corta frente a las expectativas.
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Informes de científicos alarmantes, desobediencia civil, manifestaciones de millones de jóvenes. Desde hace un año, los países firmantes del Acuerdo de París son blanco de una presión sin precedentes que resume la consigna para estas dos semanas de reunión: #TimeforAction.
Ante ello, los mensajes a la acción urgente se repitieron en el día inaugural de la 25ª Conferencia del Clima de la ONU (COP25).
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“¿Realmente queremos pasar a la historia como la generación que hizo como el avestruz, que holgazaneaba mientra el mundo ardía?”, lanzó desafiante el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Ante los representantes de unos 200 firmantes del Acuerdo de París, entre ellos unos cuarenta jefes de Estado o gobierno, Guterres instó a elegir entre la “esperanza” de un mundo mejor y tomar acciones, o la “capitulación”.
En la cumbre que tiene lugar en Madrid luego de que Chile desistiera de albergarla a raíz de la revuelta social que vive el país, Guterres subrayó su “frustración” por la lentitud de los cambios, insistiendo en la necesidad de actuar de forma urgente.
“El punto de no retorno no está lejos en el horizonte, se ve y se nos acerca a toda velocidad”, había declarado Guterres el domingo.
- Cada grado cuenta -
Hace unos días, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) asestó un golpe a las esperanzas de alcanzar un objetivo ideal de acuerdo de París de limitar el calentamiento +1,5 °C con relación a la era preindustrial. Habría que reducir las emisiones de CO2 un 7,6% anualmente, hasta 2030 para conseguirlo. Y no hay ninguna señal de que empiece a bajar.
Las temperaturas ya han subido en torno a 1 ºC, multiplicando las catástrofes climáticas. Y cada grado adicional va a aumentar los efectos.
Al ritmo actual, la temperatura podría aumentar 4 o 5 ºC para final de siglo. Aunque los Estados cumplieran sus compromisos actuales, la subida del mercurio podría superar 3 ºC.
“Sigue faltando voluntad política”, lamentó Guterres, en referencia a que los mayores emisores de CO2 “no cumplen su parte”.
“Algunos países como China y Japón dan señales de su reticencia a aumentar su ambición”, dijo Laurence Tubiana, arquitecta del Acuerdo de París.
Estados Unidos acaba de confirmar su retirada del acuerdo el próximo año, pese a que sus ciudadanos siguen comprometidos con el cambio climático, aseguró la influyente presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, al frente de una delegación del Congreso de su país presente en Madrid como un gesto político.
- Ojos puestos en la UE -
En este contexto, los ojos se giran hacia la Unión Europea, que cuenta con amplia representación en la conferencia.
“En un tiempo marcado por el silencio de algunos, Europa tiene mucho que decir en esta batalla”, dijo el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez.
“Porque así lo demandan nuestras sociedades. Pero también por una cuestión de elemental justicia histórica: si fue Europa quien lideró la revolución industrial y el capitalismo fósil, ha de ser Europa quien lidere la descarbonización”, remarcó.
Los defensores del planeta esperan que en una cumbre europea del 12 y 13 de diciembre, los 28 puedan alcanzar un objetivo sobre la neutralidad de carbono para 2050. No obstante, habrá que esperar a 2020 para que la UE presente una revisión de sus ambiciones a corto plazo.
“Seremos los campeones de la transición verde”, garantizó el nuevo presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. “Tuvimos la revolución industrial, la revolución tecnológica, es la hora de la revolución verde”, acotó.
Actualmente, solo 68 países se han comprometido a revisar al alza sus compromisos de reducción de emisiones de CO2 en 2020, antes de la COP26 en Glasglow, aunque solo representan el 8% de las emisiones mundiales, según los expertos.
Los países del sur buscaron hacer oír su voz, reclamando a los del norte asumir sus responsabilidades y ayudarlos a enfrentar los desastres que se anuncian.
“El agua cubre ya gran parte de nuestro territorio en un momento u otro del año (...). Nos rehusamos a morir”, lanzó en un video la presidenta de las Islas Marshall, Hilda Heine.
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INFORMACIÓN PREVIA
La Cumbre del Clima (COP25) que debe sentar las bases para una nueva fase de acción climática, para cuya organización se ofreció el Gobierno España tras la renuncia de Chile a causa de la grave crisis interna que vive el país, arranca hoy en Madrid.
En apenas un mes se ha activado la gigantesca logística que requiere una cita como esta, donde se suceden las reuniones técnicas y científicas, las sesiones plenarias en las que participan delegaciones oficiales de casi 200 países y las visitas de numerosos jefes de Estado y de Gobierno y responsables de organismos internacionales, además de gran número de activistas y líderes sociales.
En la ceremonia de apertura de la 25 Conferencia de las Partes del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático participan hoy, entre otros, el secretario general de la ONU, António Guterres, el presidente en funciones del Gobierno español, Pedro Sánchez, la nueva presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, o la ministra chilena de Medio Ambiente y presidenta de la cumbre, Carolina Schmidt.
Prevista inicialmente como una cumbre “de transición”, la conferencia ha cobrado una especial relevancia; para España por ser sede de la Conferencia en sustitución de Chile -que conserva la Presidencia-, y para la comunidad internacional por coincidir con el anuncio del presidente estadounidense, Donald Trump, de iniciar el proceso para salir del Acuerdo de París.
Chile -que preside- y España -como anfitrión- esperan que esta conferencia abra “un nuevo ciclo” en la acción climática mundial, una fase en la que se impliquen no solo los negociadores de las delegaciones que representan a los gobiernos centrales, sino también los ayuntamientos, las regiones y los agentes económicos y sociales.
La cumbre, que se prolongará hasta el próximo día 13, concluirá sólo dos semanas antes de que entre en vigor el Acuerdo de París y de que comience un año decisivo en el escenario internacional, en el que los países deben presentar compromisos más ambiciosos para reducir sus emisiones de dióxido de carbono.
Los informes que se han publicado durante los días previos a la cumbre alertan de que los niveles de concentración en la atmósfera de gases de efecto invernadero han alcanzado máximos históricos, y que sería necesario multiplicar -hasta por cinco- los esfuerzos para reducir esas emisiones y evitar los impactos más catastróficos del cambio climático.
Tras la aprobación del Acuerdo de París (2015) y del Libro de Reglas que lo desarrolla (el pasado año en Polonia) la cita de Madrid no tiene que alumbrar ningún documento determinante para la negociación internacional, pero sí sentar las bases para que el próximo año todos los países cumplan con lo que se comprometieron en París y aumenten su ambición para responder a las indicaciones de la ciencia.
Las cifras acreditan la importancia de la Conferencia: 113.000 metros cuadrados de superficie ocupada en la Institución Ferial de Madrid (IFEMA); 25.000 asistentes; 4.000 personas en la plantilla técnica de la organización; 300 personas contratadas por IFEMA para apoyar de forma directa a la organización; 50 ingenieros en el Centro de Coordinación de red; 2.000 voluntarios diarios; o 1.500 periodistas acreditados.
El coste de la conferencia asciende a unos 50 millones de euros (la de París en 2015 costó 178 millones), y para hacer frente a ellos el Gobierno aprobó varios reales decretos para habilitar los créditos necesarios para la organización.Los retornos ascenderán a unos 200 millones, tomando como referencia el impacto de la actividad de la institución ferial y los datos de gasto medio por cada visitante internacional a este tipo de eventos.
Durante las próximas dos semanas pasarán por la cumbre del clima numerosos jefes de Estado o de Gobierno, entre ellos quince primeros ministros europeos, los presidentes de Argentina y Ecuador, Mauricio Macri y Lenin Moreno, el primer ministro de Marruecos, Nasser Bourita, y los máximos responsables de numerosas instituciones y organismos internacionales.
Estados Unidos contará con una importante delegación oficial que defenderá las tesis del Gobierno federal (abandonar el Acuerdo de París no implica estar fuera de la Convención de la ONU sobre Cambio Climático), pero a la cumbre acude además una importante delegación de congresistas y senadores, encabezada por la presidenta de la Cámara de Representantes, Nanci Pelosi.
La cumbre atrae además a destacados líderes sociales, entre ellos el ex vicepresidente estadounidense y Nobel de la Paz (2007) Al Gore o a la activista sueca Greta Thunberg.
Fuente: EFE / AFP