Los viajes en avión son responsables del 2% de emisiones globales anuales de gases de efecto invernadero. Esa es la principal razón por la que Greta Thunberg, la joven sueca de 16 años que se ha convertido en la imagen de la lucha contra el cambio climático, se niega a utilizar cualquier aeronave para viajar.
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Aunque eso implique embarcarse en una travesía que implique semanas en mar abierto para cruzar el océano Atlántico. De ida y vuelta.
De esa forma, el 14 de agosto se embarcó en el velero Malizia II y partió del puerto de Plymouth, Inglaterra, con destino a Nueva York, para participar de la Cumbre sobre la Acción Climática de la ONU.
A bordo de la embarcación, concebida para participar en megacarreras alrededor del globo, la acompañaron su padre Svante Thunberg, el director de cine Nathan Grossman, el capitán Boris Herrmann y el hijo menor de la princesa Carolina de Mónaco, Pierre Casiraghi.
De esta forma, tras una travesía de 14 días, la tripulación del Malizia II llegó a Estados Unidos el 28 de agosto. Gran parte del viaje fue compartido por Greta a través de su cuenta en Twitter.
Permaneció tres meses en el continente americano, durante los cuales pudo retar a los líderes mundiales presentes en la reunión climática de la ONU a tomar medidas más serias, se reunió con el expresidente Barack Obama, se presentó ante el Congreso de Estados Unidos, fue recibida por el primer ministro canadiense Justin Trudeau y encabezó una seria de manifestaciones en favor del cuidado del planeta en Estados Unidos y Canadá.
Pero de repente los planes se alteraron completamente. La COP25, programada para realizarse en Santiago de Chile, tuvo que ser trasladada a Madrid debido a la grave crisis social que estalló en el país del sur.
El Malizia II, que inicialmente debía trasladar a Greta por Centro y Sudamérica hacia Chile, no podría llevarla de regreso a Europa porque tenía una carrera pactada.
Ante esto, Greta volvió a utilizar sus redes sociales en busca de una solución.
La respuesta tardó 11 días en conocerse y llegó desde la pareja de youtubers y navegantes australianos, Riley Whitelum y Elayna Carausu. Ambos aventureros llevan navegando y registrando los mares durante los últimos cuatro años, e incluso sumaron desde hace 11 meses a su bebé Lenny a la aventura.
Esta segunda travesía, a bordo del catamarán La Vagabonde, inició en el puerto de Hampton, Virginia (EE.UU.), y tras 21 días acaba de llegar a Lisboa, en Portugal. El grupo, al que se integró el padre de Greta y la capitana inglesa Nikki Henderson, recorrió más de 6 mil kilómetros a una velocidad máxima de 44 kilómetros por hora.