En estos 27 primeros días del 2022, Corea del Norte ha realizado seis pruebas armamentistas con misiles. Esta insólita hiperactividad en sus ensayos balísticos, con una frecuencia que no se veía desde el 2019, le ha valido condenas internacionales, nuevas sanciones por parte de Estados Unidos y estar a un paso de que el Consejo de Seguridad de la ONU tome medidas, algo que fue bloqueado por Rusia y China.
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Además, el régimen de Kim Jong-un ha respondido a estas sanciones con la amenaza de reanudar sus pruebas con misiles balísticos internacionales o nucleares, una práctica que se registró por última vez en el 2017.
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Todos estos factores son la razón por la que el anuncio de la ONU de que Corea del Norte presidirá entre el 30 de mayo y el 24 de junio la Conferencia de Desarme, el foro internacional dedicado al desarme nuclear, ha levantado tanta indignación.
Una broma de mal gusto
“Parece una broma o, más que eso, una burla. El país que más fomenta la proliferación de las armas nucleares, amenazando no solo a sus vecinos sino a todo el mundo, puede hacer esto. Además que es un país que vive en la completa miseria, matando de hambre a la mitad de su población”, comenta a El Comercio el analista especializado en Asia, Carlos Aquino.
En esa línea, una de las organizaciones que más fuerte se ha pronunciado sobre el rol que cumplirá el régimen de Kim ha sido UN Watch, una organización no gubernamental dedicada a supervisar a la ONU.
“Tener al régimen norcoreano de Kim Jong-un presidiendo el desarme mundial de armas nucleares será como poner a un violador en serie a cargo de un refugio para mujeres”, expresó Hillel Neuer, director ejecutivo de UN Watch.
Pero, ¿por qué Corea del Norte presidirá el foro?
La Conferencia de Desarme, un foro creado en 1979 como Comité de Desarme y rebautizado en 1982 con el nombre actual, está conformada por 65 países miembros.
Si bien no pertenece directamente a la ONU, se encarga de coordinar directamente con ella brindándole anualmente diferentes reportes y aportando para los tratados que se consiguen a nivel internacional en ese sentido.
Esto lleva a que la ONU califique a la Conferencia de Desarme como “el único foro multilateral de negociación sobre desarme de la comunidad internacional”.
Las reglas de la Conferencia precisan que su presidencia es rotativa y se designa por orden alfabético entre sus miembros. Este año arrancó siendo presidida por China, que el 18 de febrero cederá el lugar a Colombia. Cuatro semanas más tarde hará lo propio en favor de Cuba y posteriormente a Corea del Norte.
Anticipándose a la polémica que levantará dicho periodo bajo la cabeza del régimen norcoreano, UN Watch aconsejó a los representantes de Estados Unidos y la Unión Europea abandonar el espacio durante esas cuatro semanas en señal de protesta.
“Supongo que países como Japón, que ha sufrido dos bombas atómicas y cada vez se siente más amenazado por Corea del Norte, será otro de los primeros en protestar”, apunta Aquino.
Hiperactividad balística
Tal como mencionamos líneas atrás, el año ha iniciado con una inusitada seguidilla de ensayos armamentistas por parte del régimen de Kim Jong-un.
El 5 de enero se detectó el primero, el mismo que más tarde se confirmaría como un ensayo de misil hipersónico por el mismo régimen norcoreano.
Cinco día más tarde, Corea del Norte anunciaría otro lanzamiento similar, esta vez bajo la supervisión directa de Kim.
Fue tras esta prueba que Washington comenzó a impulsar un paquete de nuevas sanciones contra Corea del Norte y recibió como respuesta la amenaza de Kim de reiniciar sus ensayos con armamento nuclear, suspendidos en el 2017 en el marco de los históricos diálogos sostenidos con el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El fracaso de dichas conversaciones en el 2019 llevó a que ese año el régimen realizara un total de 27 ensayos con misiles. Sin embargo, no se tuvo registro de armamento nuclear en ninguno de ellos.
El 14 de enero de este año, Corea del Norte realizó su tercer ensayo balístico, esta vez con proyectiles guiados desde un tren. Dos días más tarde llevaría a cabo una cuarta prueba que motivó a que Washington instara a que cesen con sus actividades “ilegales y desestabilizadoras”.
El 26 y 27 de enero se registraron la quinta y sexta prueba de este tipo respectivamente.
¿Cuáles serían las razones detrás de esta hiperactividad bélica? Para el profesor Aquino, la respuesta estaría tanto en la crisis social por la que atraviesa el país como en un intento de llamar la atención internacional.
“La situación interna de Corea del Norte está muy mal. Las sanciones económicas que pesan sobre ella desde hace años las podía salvar gracias a que China le proveía de todo, pero Corea cerró la frontera con China (a inicios del 2020, a causa de la pandemia de COVID-19). Fue el primer país del mundo, junto a Vietnam, que cerró el comercio con los chinos. Si en el 2020 dependían en un 95% del comercio con China, el corte fue un golpe brutal. Recién hace dos días llegó un tren chino a Pyongyang. Lentamente se está reiniciando el comercio. Pero si eso no fuese suficiente por sí solo, en el 2021 Corea tuvo malas cosechas, lluvias, tifones y el nivel de hambruna que ya era terrible habría aumentado”, reseña Aquino.
En línea con lo que señala el analista, la Inteligencia de Corea del Sur reportó a finales del 2021 que, además de la crisis alimentaria, el régimen de Kim estaría enfrentando escasez de medicinas y habría registrado un crecimiento de enfermedades como fiebre tifoidea, especialmente en el estrato más pobre de la población.
“Entonces, como muchos países, cuando la situación interna está mal dicen que el mundo los amenaza, que deben armarse. Es un mensaje para su pueblo. La otra razón es que la Administración Biden tiene un año y no han tenido contacto directo, por lo que buscarían llamar su atención. Estarían esperando a que se cree una mesa de negociación a punta de amenazas. Además, estaría aprovechando las tensiones que tiene EE.UU. ahora por la crisis de Ucrania, y desde hace años con China, para armarse mientras están distraídos”, complementa el experto.
Analistas internacionales han postulado durante estas primeras semanas del 2022 que la actividad bélica norcoreana también tendría que ver con dos importantes aniversarios que celebrará el régimen en los próximos meses.
En febrero se conmemora el 80° aniversario del natalicio de Kim Jong Il, padre del actual dictador; mientras que en abril se cumple el 110° aniversario de Kim Il Sung, abuelo del autócrata y fundador de la actual Corea del Norte.
“Eso es muy importante, no solo por los aniversarios. En los últimos meses hubo un cambio muy interesante. Kim Jong-un asumió el cargo (en el 2011) con el único merito de ser hijo del líder que acababa de morir y nieto del fundador del país. Pero en los últimos meses ha estado quitando monumentos de su padre y de su abuelo, en algunos congresos se han quitados las imágenes de los líderes. Estaría afirmando su propio liderazgo. Independientemente de los aniversarios, quiere que lo vean como un líder con mérito propio. Eso explicaría por qué en el 2020 quiso dar un rostro más humano durante el Aniversario de la Fundación, llegando incluso a llorar en público. Kim ha demostrado ser un tipo muy inteligente, Corea del Norte puede ser un desastre y él un dictador feroz, pero ha demostrado ser muy hábil en su liderazgo”, añade Aquino.
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