Unas imágenes grabadas por el grupo terrorista Estado Islámico muestran cómo combatientes kurdos destruyen un tanque T-55 de los extremistas, probablemente robado al Ejército sirio o al iraquí. Sucedió en Kobane, localidad siria donde hay encarnizados combates desde hace unas semanas.
Los redoblados bombardeos encabezados por Estados Unidos y una decidida fuerza militar kurda en tierra parecen haber conseguido frenar el avance de los terroristas en Kobane, la estratégica ciudad fronteriza con Turquía.
Ayer, los milicianos kurdos libraron feroces batallas callejeras con los extremistas sunitas en Kobane y lograron avances en algunos frentes, horas después de que una coalición encabezada por Estados Unidos intensificara su campaña aérea.
En una sorprendente exhibición de resistencia, los combatientes kurdos han resistido las embestidas de unos yihadistas más experimentados a un mes del inicio de la ofensiva de los milicianos en la ciudad fronteriza, aferrándose a su territorio, en contra de lo que se esperaba.
"La gente desestima el poder de la determinación", dijo Farhad Shami, un activista kurdo en Kobane. "Los kurdos tienen una causa y están preparados a morir luchando por ella".
También cuentan con la ventaja de pelear en terreno conocido.
"Los combatientes del Estado Islámico tienen mucho más conocimiento de armas, pero no conocen el terreno", dijo Rami Abdurrahman, director del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña.
El Estado Islámico lanzó su ofensiva en Kobane a mediados de setiembre, apoderándose de decenas de aldeas kurdas cercanas y un tercio de la ciudad en avances relámpago que generaron una huida masiva de civiles hacia el otro lado de la frontera con Turquía.