En los últimos meses, cientos han alentado el uso de las bicicletas como alternativa a los atestados trenes y autobuses que pueden facilitar los contagios del coronavirus. Imagen de la estación central de Ámsterdam, Países Bajos. (AFP / ANP / Robin VAN LONKHUIJSEN).
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Redacción EC

La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró en abril del 2018 que todos los 3 de junio se celebre el Día Mundial de la Bicicleta. El objetivo principal de esta fecha es demostrar que su uso es indispensable para toda la humanidad, incluso en medio de una alerta sanitaria como la del coronavirus.

La bicicleta es el resultado de una serie de intentos para construir un vehículo innovador a medidados del siglo XIX, indica el medio La Nación. El primer modelo de este medio de transporte apareció en Alemania y se encontraba armado con madera.

En aquella época, para hacerla funcionar se tenía que impulsar con los pies. Sin embargo, esto se modificó en 1861 cuando Ernest Michaux le colocó pedales delanteros.

Según Worlddometers, que intercambia información con Bicycle Retailer and Industry News y Bicycle Market Research Institute y lo mezcla con hasta 12 fuentes más, durante este 2020 se han producido en el mundo más de 63 millones de bicicletas.

La bicicleta en medio del coronavirus

En momentos en que los países empiezan a reanudar las actividades, se alienta definitivamente el uso de bicicletas como alternativa a atestados trenes y autobuses que pueden facilitar los contagios del coronavirus.

Desde Alemania hasta Perú los amantes de las bicicletas tratan de aprovechar el momento para conseguir más ciclovías o para ampliar las ya existentes.

Generar espacios para las bicicletas “es un paso necesario si queremos que nuestras ciudades funcionen bien”, sostuvo Morton Kabell, copresidente de la Federación de Ciclistas Europeos.

Mucha gente tiene miedo de usar el transporte público, pero hay que volver al trabajo de algún modo. Muy pocas ciudades pueden admitir más tráfico de autos”, señaló.

Además de separaciones físicas para los carriles, Kabell apoya los subsidios para bicicletas eléctricas, lo que alentaría a la gente a cubrir rutas más largas o empinadas.

El objetivo sería imitar a Copenhague, donde la mitad de la gente se maneja en bicicletas, y a Holanda, que tiene una amplia red de ciclovías.

Los países avanzan en esa dirección a distintas velocidades.

En Estados Unidos ciudades como Oakland, San Francisco y Nueva York están cerrando algunas calles al tráfico de autos y solo admiten corredores y bicicletas.

En medio del avance del uso de este transporte, ciudades como Lima, Barcelona y Milán planean ampliar sus senderos para bicicletas y quitarles espacio a los autos en las calles y en los estacionamientos.

Por otro lado, diversos activistas también han advertido de que hay que cambiar la mentalidad de las personas sobre la bicicleta. Si bien algunos países permiten que la gente salga de su casa en bicicleta para ejercitarse, otros lo prohíben e incluso lo multan. Un problema que espera solución lo más pronto posible.

(Con información de AP).

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