Moscú [EFE]. Las mujeres que contraen matrimonio civil son “prostitutas gratis”, declaró hoy el jefe de la comisión patriarcal de la Iglesia Ortodoxa Rusa para la familia, arcipreste Dimitri Smirnov.
“Aquí las mujeres no comprenden qué es el matrimonio. No les apetece decir ‘soy una prostituta gratis’, por lo que dicen: estoy casada por lo civil. ¡Hola! El matrimonio civil no significa nada, solo dar un servicio gratis, nadie te considera una esposa”, afirmó durante un encuentro con la comunidad ortodoxa OrthodoxBRO.
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El arcipreste Dimitri Smirnov arremetió también contra las mujeres ortodoxas que se casan con ateos o personas que profesan otras religiones no cristianas.
“La Iglesia se compone de las pequeñas iglesias caseras. ¿Cómo se puede crear una iglesia con un musulmán, un testigo de Jehová, un comunista, un ateo? Eso no será una iglesia casera sino cualquier cosa. Por ello la Iglesia no puede bendecir estos matrimonios”, afirmó.
No obstante, Smirnov se mostró “flexible” al señalar que la Iglesia Ortodoxa Rusa ve con buenos ojos los matrimonios con representantes de otras confesiones cristianas.
“Si se trata de un cristiano, por ejemplo, un católico o un luterano... en peor caso un bautista, pero no más allá. Nada de adventistas del séptimo día nos conviene, aunque aseguren que son cristianos. Sus enseñanzas se diferencian de modo radical de lo que predica la Iglesia sobre Dios”, explicó.
El representante de la Iglesia Ortodoxa Rusa propuso como alternativa a las rusas que no han logrado encontrar marido en su patria viajar a África, donde la cuarta parte de la población es cristiana.
Aunque Rusia es un Estado laico, en el que ninguna religión puede ser considerada obligatoria u oficial, la Iglesia Ortodoxa Rusa, la que mayor cantidad de seguidores tiene en el país, cada vez gana más terreno.
En medio de los debates sobre las enmiendas a la Constitución rusa, el Patriarca Kiril propuso mencionar a Dios en el preámbulo a la Carta Magna.
El representante del Kremlin en materia de reforma constitucional, el senador Andréi Klishas, apoyó inmediatamente la propuesta, pero los comunistas la rechazaron categóricamente.