EE.UU.: Después de Antonin Scalia, llega el caos
EE.UU.: Después de Antonin Scalia, llega el caos
José Miguel Vivanco

La inesperada muerte del juez conservador ha provocado reacciones encontradas entre los precandidatos presidenciales. Los republicanos consideran que su reemplazante debe ser nombrado después de las elecciones del 8 noviembre, pero los demócratas quieren que se haga de forma inmediata. La controversia radica en que hoy el máximo tribunal de Estados Unidos se quedó con cuatro jueces de tendencia conservadora y cuatro liberales, lo cual es una magnífica oportunidad para que el presidente nomine a un juez liberal con una visión jurídica más abierta.

Y es que Scalia siempre resultó un juez incómodo para los movimientos liberales. Su férrea oposición a la reforma de salud (Obamacare), así como su rechazo al matrimonio entre personas del mismo sexo, le generaron críticas. También fue un ferviente defensor del derecho de los estadounidenses a portar armas y en el 2000 votó para que la Corte Suprema pusiera fin al recuento de votos en el estado de Florida para proclamar presidente al republicano George W. Bush después de una cerrada lucha electoral con el demócrata Al Gore.

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Choque de dos posturas

Frente a estos hechos no sorprende que el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, señale que el presidente Barack Obama no sea quien proponga al sucesor de Scalia, sino que “ese derecho se reserve al nuevo presidente”. Pero el veterano senador demócrata Harry Reid considera que la Casa Blanca debe designar “ya mismo” al nuevo juez.

Los precandidatos republicanos Ted Cruz y Marco Rubio coincidieron en señalar que el próximo mandatario debe ser quien nombre al nuevo candidato para ocupar el puesto de Scalia. Pero los precandidatos demócratas Bernie Sanders y Hillary Clinton comparten la idea de buscar un reemplazo en el corto plazo, recordando que el presidente Barack Obama recién concluye sus funciones el 20 de enero del 2017. 

Los republicanos necesitan que un juez conservador sea el reemplazante de Scalia, pues de ser nombrado un liberal, muchos de los casos pendientes en la Corte Suprema podrían terminar siendo favorables a los demócratas. Al margen del Obamacare, los demócratas también quieren que se restablezcan los límites a las contribuciones económicas de un individuo a candidatos, partidos y comités de acción política.

Además, en marzo la Corte Suprema deberá escuchar los argumentos relacionados a las órdenes migratorias promulgadas por el presidente Barack Obama en el 2014, que facultan la ampliación de la Acción Diferida (DACA) e implementación del programa Acción Diferida para Responsabilidad de los Padres (DAPA). El fallo final está previsto para junio y de ser positivo, evitaría la deportación temporal de más de cinco millones de indocumentados, provocando un masivo respaldo del voto hispano (24 millones de electores) en favor de la candidatura demócrata.

Infografía: Presione en la imagen para ampliar.

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Vacíos en la corte

Para Neera Tanden, presidenta del Center for American Progress, Scalia siempre tuvo sustentos jurídicos extremadamente influyentes para el país. “Sería un error privilegiar la actual campaña y postergar la designación de Scalia hasta tener un nuevo presidente [...]. Diecisiete jueces del Tribunal Supremo se han confirmado durante los años de elecciones presidenciales. Tanto el presidente como los miembros del Senado deben avanzar sin demora para garantizar que el número de jueces de la Corte Suprema sea el correcto”, afirmó a El Comercio.

Existe un precedente de un largo vacío en la Corte Suprema. Sucedió en mayo de 1969 cuando Abe Fortas renunció a su puesto. El presidente republicano Richard Nixon intentó nominar a tres jueces, pero fueron rechazados por la Cámara Alta. En abril de 1970 nominó a Harry Blackmun, que fue confirmado en mayo. Hubo un vacío de casi un año. Después de eso los vacíos mas largos han tenido un máximo de 125 días.

Cabe recordar que Antonin Scalia murió de infarto el último sábado, a los 79 años de edad. Tuvo 9 hijos y 33 nietos. Ferviente católico, de orientación conservadora, fue un intelectual de primer nivel. El presidente Ronald Reagan lo nombró, en 1986, juez del máximo tribunal de EE.UU.

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