Para poder seguir jugando y participando en la Liga de Campeones de Europa, la más importante competencia del fútbol europeo, el Shakhtar, campeón ucraniano, tuvo que abandonar su sede ubicada en el corazón del conflicto del este de Ucrania.
Normalmente su base está en Donetsk, la mayor ciudad en poder de los separatistas prorrusos y escenario de combates con las fuerzas ucranianas desde abril.
A pesar de la situación, el equipo se clasificó para los octavos de final de la Champions y ahora su reto es enfrentar al Bayern Munich, uno de los equipos más poderosos de Europa.
El club tiene que jugar sus partidos como anfitrión en la ciudad occidental de Lviv, a casi 1.000 kilómetros de su casa original, el Donbass Arena
Mientras tanto, su sede administrativa y su centro de entrenamiento fueron reubicados en la capital ucraniana, Kiev.
ACEPTACIÓN LOCAL
En marcado contraste con la ciudad en poder de los rebeldes de donde viene el Shakthar, Lviv tiene un mayor sentido de patriotismo que cualquier otro lugar de Ucrania.
Todas las familias tienen algún familiar o amigo cercano combatiendo en el este o están haciendo donaciones para los soldados leales al gobierno ucraniano, señaló a la BBC el alcalde Andriy Sadoviy.
Al lado de la bandera nacional amarilla y azul ondean banderas rojas y negras del movimiento nacional más radical, el llamado Sector de la Derecha, que participó en las violentas protestas que llevaron al derrocamiento del presidente Viktor Yanukovych en febrero.
Por eso se temió que la decisión del Shakthar de escoger al Lviv Arena como estadio para jugar sus partidos como anfitrión sería recibida con hostilidad.
Sin embargo, los locales la recibieron bien: vieron al Shalhtar Donetsk como un club europeo que representa a toda Ucrania.
"Están alquilando el estadio, así que todo es legal", señaló Natalia, una maestra.
"No fue que simplemente se aparecieron y juegan aquí. Vienen del este, pero eso es solo cuestión de geografía".
INGRESOS PERDIDOS
Jugar en el Donbass Arena quedó descartado. Fue construido cuando Inglaterra jugó contra Francia y Ucrania en la Eurocopa 2012, pero sufrió daños considerables como resultado de bombardeos.
Por tal motivo, el club ha estado perdiendo ingresos por concepto de venta de entradas y mercancía, al tiempo que debe pagar por lo menos US$8.000 en alquiler de estadios, señaló la prensa local.
"Todos los ingresos comerciales están ligados al lugar donde juegas", señaló el director general del Shakthar, Sergey Palkin.
"A partir de ahí uno desarrolla otras fuentes de ingreso paso por paso. En este momento hemos perdido todo y solo el tiempo dirá si podremos rescatar la situación".
Sin embargo, Palin subraya que no hay problemas financieros en el club y que los jugadores están recibiendo sus salarios normalmente.
El propietario del Shakhtar y uno de los hombres más ricos de Ucrania, Rinat Akhmetov, señaló que los daños sufridos por el estadio, de unos US$100 millones, no son nada en comparación con las 4.000 vidas que se han perdido en el conflicto.
Según señalan analistas locales, Akhmetov, exresidente de Donetsk, mantiene un acto político de equilibrista.
Mientras ha evitado públicamente tomar partido en el conflicto, ha estado suministrando ayuda humanitaria a las personas más vulnerables en Donbass.
SIEMPRE VOLANDO
Los jugadores del Shakhtar, que dividen su tiempo entre Kiev y Lviv, se han tenido que acostumbrar a su nueva rutina.
"Para nosotros es muy difícil, porque se siente como si estuviéramos jugando todos los partidos como visitantes. Cada tres días estamos en un avión", le dijo el capitán del equipo Darijo Srna a la BBC.
"Pero desafortunadamente el regreso al Donbass Arena no será posible en los próximos meses. Primero tienes que solucionar el conflicto".
La principal tarea del club es impedir que sus mejores jugadores dejen el equipo durante el descanso invernal.
Este verano cinco jugadores brasileños: Douglas Costa, Dentinho, Alex Teixeira, Ismaily y Fred; y un argentino, Facundo Ferreyra, amenazaron con no regresar luego de un amistoso en la pretemporada en Francia, señalando que no se sentían seguros.
Sin embargo, decidieron volver una semana más tarde.
"No he escuchado de ningún jugador que esté pensando en dejar el club", dijo a la BBC el también brasileño Luiz Adriano, el mayor goleador en la historia del club.
"Me gusta estar aquí y me quedaré mucho tiempo".