Doha. Alí al-Marri, un ciudadano de Qatar que fue declarado combatiente enemigo por el gobierno de George W. Bush después de los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 y quien estuviera prisionero por vínculos con la red Al Qaeda regresó a su país natal tras ser liberado silenciosamente por las autoridades estadounidenses.
Alí Al-Marri fue arrestado en diciembre de 2001 cuando asistía una escuela de postgrado en el centro de Illinois. Permaneció encarcelado durante casi seis años sin que se le formularan cargos en una prisión de la Armada de Estados Unidos en Carolina del Sur antes de que finalmente se declaró culpable y recibió una sentencia de poco más de ocho años.
Salé Garallah Kahlah al-Marri, sobrino de Al-Marri, dijo el domingo que su tío regresó a la pequeña nación rica en petróleo la tarde anterior y fue recibido por representantes de los ministerios del Interior y de Relaciones Exteriores de Qatar.
"Él está animado", dijo Salé al-Marri. El sobrino agradeció a funcionarios de Qatar por ayudar a que Al-Marri regresara a casa, señalando que ellos hicieron "esfuerzos tremendos" para conseguirlo.
Al-Marri no hará comentarios a la prensa por ahora porque "queremos darle una oportunidad de reintegrarse a la sociedad", agregó el sobrino.
Las autoridades de Qatar no pudieron ser contactadas en busca de información sobre la liberación de Al-Marri. La embajada de Estados Unidos en Doha se rehusó a dar declaraciones al respecto.
Al-Marri fue sentenciado a ocho años de prisión en 2009 después de declararse culpable de conspirar para proporcionar material de apoyo o recursos a una organización terrorista extranjera.
Admitió haberse entrenado en campamentos de Al Qaeda y haber estado en casas de seguridad de la misma red terrorista en Pakistán entre 1998 y 2001, así como de haber tenido contactos con Khalid Sheikh Mohammed, acusado de haber planeado los ataques del 11 de septiembre, y con Mustafa Ahmad al-Hawsawi, quien presuntamente ayudó a los secuestradores de los aviones utilizados en tales ataques.
En su juicio, Al-Marri expresó aflicción por haber ayudado a Al Qaeda y dijo que nunca tuvo la intención de lastimar a nadie.
Ninguna evidencia mostró que haya tenido una misión específica en Estados Unidos, pero el juez federal de distrito Michael Mihm determinó que la decisión de Al-Marri de no cambiar de rumbo después de los ataques del 11 de septiembre mostró que tenía intención de permanecer con la organización terrorista.
Fuente: AP