Fue una aparición especial, de esas que no ocurren a menudo. El ayatola Alí Jamenei, el líder supremo de Irán, realizó el sermón de la principal oración de los viernes. Algo que no ocurría desde hace ocho años. Su presencia es señal inequívoca del momento de tensión interna y externa que vive Irán tras la muerte del general Qasem Soleimani, la confrontación con Estados Unidos y el derribo del avión ucraniano con 176 personas a bordo.
El ayatola, de 80 años, es el principal líder político y religioso de Irán. Es la cabeza del país y su palabra es ley. Por eso no es usual que pronuncie los sermones de los viernes, el día sagrado para los musulmanes, y solo lo hace en momentos de crisis que requieren su intervención.
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El último sermón lo dio en el 2012, durante los levantamientos de la Primavera Árabe en la región, que motivó una serie de manifestaciones ciudadanas contra las dictaduras en el Medio Oriente. Jamenei salió al frente para evitar protestas mayores que complicaran la supervivencia del régimen islámico.
Tres años antes, en el 2009, el ayatola dirigió otro sermón durante las protestas que se generalizaron en el país que denunciaban fraude en las elecciones presidenciales.
En ambos casos, el ayatola reforzó la línea dura del gobierno, y en el rezo de ayer en la mezquita Gran Mosalla de Teherán no hizo lo contrario.
Unidos contra Estados Unidos
En su sermón, el ayatola pidió firmeza y unidad de los ciudadanos frente a sus “enemigos”, e hizo una férrea defensa de la Guardia Revolucionaria, su ejército de élite, responsable del derribo accidental del avión de Ukraine International, que ha suscitado una ola de indignación en el país.
Jamenei calificó este hecho de “amarga tragedia”, y se limitó a dar condolencias generales a los deudos, pero pidió que no eclipse el “sacrificio” del general Qasem Soleimani, muerto a inicios de enero en un ataque estadounidense en Iraq.
“Fue un amargo accidente [...] pero algunos lo presentan de una manera que tiende a olvidar el gran sacrificio y martirio del general Soleimani”, dijo. “Estados Unidos mató al mártir Soleimani no en el campo de batalla, sino a hurtadillas y de forma cobarde”, agregó.
“Irán mostró que apoya la resistencia y no la sumisión. Aquellos que intentan mostrar otra cosa a la opinión mundial no son honestos”, clamó Jamenei ante una mezquita abarrotada de fieles. Su discurso fue a menudo interrumpido por los gritos de la multitud que pedía la “muerte de Estados Unidos” y la “muerte de Israel”.
Jamenei también criticó duramente a los gobiernos británico, francés y alemán por su intención de forzar a Irán a cumplir los compromisos del acuerdo nuclear. “Ha quedado demostrado ahora que son los lacayos de Estados Unidos y estos gobiernos cobardes esperan que Irán se someta”, expresó.