Gisella López Lenci

Rusia no quería que ocurriera, pero sabía que ya era inevitable. Finlandia, finalmente, se convirtió esta semana en el miembro 31 de la Organización del Atlántico Norte (OTAN), volteando la página a décadas de neutralidad, en una de las consecuencias geopolíticas más serias de la guerra de Ucrania.