Ciudad del Vaticano (EFE)
El Papa Francisco pidió hoy a la comunidad internacional que responda "adecuadamente" al terrorismo "brutal" y sin precedentes del Estado Islámico (EI) para frenar además "el drama de la reducción de la presencia cristiana".
"Asistimos a un fenómeno de terrorismo de dimensiones antes inimaginables (...) Parece que se ha perdido la conciencia del valor de la vida humana, que las personas no tienen valor y que pueden ser sacrificadas por otros intereses. Y todo esto, lamentablemente, ante la indiferencia de muchos", lamentó Francisco.
El papa Bergoglio se expresó así en la apertura del consistorio convocado en el Vaticano, en el que han participado un total de 86 personas, entre cardenales, patriarcas y superiores de la Secretaría de Estado, donde se abordó la situación en Medio Oriente.
La Santa Sede comunicó que en la reunión fueron especial objeto de estudio las consecuencias del avance del yihadismo, causante de un éxodo multitudinario de cristianos que son perseguidos "brutalmente" y "ante la indiferencia de muchos".
Ante esta situación, "muy preocupante", el papa pidió una "respuesta adecuada" de la comunidad internacional y rechazó la idea de un Medio Oriente sin cristianos, fundamentales para el equilibrio en la región.
Durante el acto también intervino el secretario de Estado vaticano Pietro Parolin quien ilustró las conclusiones recabadas durante el encuentro que mantuvo con los nuncios apostólicos en la región el pasado 2 de octubre, cuando fueron convocados por el Papa.
Parolin recordó que durante el encuentro con los diplomáticos vaticanos se coincidió en calificar de "inaceptable" la situación en Medio Oriente, en especial a ambos lados de la frontera entre Siria e Iraq, donde el yihadismo del EI campa para imponer la ley islámica.
Asimismo repasó la situación política de esta extensa área del Mediterráneo oriental y abogó por una distensión de las relaciones entre Israel y Palestina y entre Irán y la comunidad internacional que contribuya al mantenimiento de la paz.
Parolin hizo especial hincapié en la situación de Líbano, desbordado por la llegada de más de un millón y medio de refugiados desde el inicio de la crisis siria, en 2011.
Sobre la postura de la Iglesia Católica en relación con el uso de la violencia, Parolin reiteró las palabras del pontífice al señalar que es "lícito detener al agresor injusto", siempre y cuando se haga conforme al derecho internacional y sin excluir otras vías como el diálogo o la lucha contra el tráfico de armas.
El secretario de Estado llamó a la comunidad internacional a actuar para prevenir, mediante la ONU y otras estructuras, "posibles y nuevos genocidios" consecuencia de las violaciones y de los abusos cometidos por el EI.
También indicó el papel que la Iglesia de Roma está llamada a desempeñar ante dichas situaciones y, en este sentido, animó a los países a actuar "con generosidad" para afrontar esta situación, que cuenta -según recordó- con el apoyo de Cáritas en los diferentes países.