Milagros Asto Sánchez

Entre las imágenes de la guerra en que el mundo ha visto con horror están las del incendio en la planta de energía nuclear más grande de Europa. A inicios de marzo, la central de Zaporiyia fue ocupada por las tropas de en medio del temor internacional a una catástrofe. “Hay seis reactores nucleares allí. En Chernobyl fue un reactor el que explotó, solo uno”, dijo por esos días al presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky. Casi dos meses después, el temor por la seguridad nuclear continúa.

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En este momento, los ojos siguen puestos sobre Zaporiyia. El director de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Mariano Grossi, instó este martes 10 a Kiev y Moscú a permitir el despliegue de sus expertos en la central nuclear del sureste de Ucrania para que puedan inspeccionar el material nuclear de la planta.

Ante la subcomisión de Seguridad y Defensa del Parlamento Europeo, el experto explicó que la planta nuclear realiza actividades que requieren hacer inventarios físicos y labores de supervisión cada cierto tiempo, lo que permite asegurar dónde está el material radioactivo o qué pasa con él.

Una imagen obtenida de una transmisión en directo de la Autoridad Nuclear de Zaporiyia el 4 de marzo del 2022 muestra múltiples explosiones en una planta nuclear ucraniana en Zaporizhzhia debido a los bombardeos rusos. (Foto: AFP)
Una imagen obtenida de una transmisión en directo de la Autoridad Nuclear de Zaporiyia el 4 de marzo del 2022 muestra múltiples explosiones en una planta nuclear ucraniana en Zaporizhzhia debido a los bombardeos rusos. (Foto: AFP)
/ LAURENT FIEVET

Grossi criticó que Ucrania y Rusia permitan una misión de expertos a la central pero solo “bajo su bandera”. Aunque detalló que la OIEA pudo detectar que Ucrania no está desarrollando armas nucleares, apuntó que “no poder ir a inspeccionar la posibilidad de acusaciones o dudas en el futuro es un peligro real”.

La central de Zaporiyia sigue en funcionamiento con expertos ucranianos pero también rusos cuya función no es clara.

Carlos Umaña, miembro de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN) y de la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear, señala que es muy importante que las centrales nucleares sean inspeccionadas por los expertos.

Uno de los grandes problemas que tienen las centrales nucleares es que siempre debe haber expertos y personas con conocimiento de cómo manejar las centrales nucleares para evitar que ocurran desastres.

Pasó con Chernóbil. Cuando los rusos toman la central nuclear de esa planta, que no está funcionando, pero que igual requiere que se estén conteniendo los riesgos radioactivos, ellos afirman que no hay problema porque hay expertos manejando la planta. Pero no sabemos quién es esa gente, si son soldados de 20 años o expertos realmente. Ese es uno de los peligros que tienen todas las centrales nucleares, siempre tiene que haber algún especialista ahí”, dice Umaña a El Comercio.

La primera unidad de potencia de la central nuclear de Zaporiyia en Enerhodar, al sureste de Ucrania. (Foto: EFE)
La primera unidad de potencia de la central nuclear de Zaporiyia en Enerhodar, al sureste de Ucrania. (Foto: EFE)
/ SERGEI ILNITSKY

En el caso de la central de Zaporiyia, es importante prestarle atención porque tiene seis reactores y es la más grande. “Está ubicada prácticamente en el centro del conflicto armado, las otras centrales se encuentran en una ubicación más periférica. Además, puede generar grandes estragos para el resto de Europa central, entonces es una gran preocupación”, apunta el experto.

Un país con cuatro centrales nucleares

Debido a su pasado soviético Ucrania es un país nuclearizado, pero, paradójicamente, no cuenta con ninguna arma nuclear.

Ucrania es considerado un país nuclear debido a sus cuatro complejos nucleares, algo que, en un contexto de guerra, dota al conflicto de una peligrosidad mayor y no solo para las partes involucradas.

Umaña enfatiza que es muy peligroso que un país con esas características sea uno de los actores de una conflagración. “Los riesgos que habría en este momento con Ucrania serían muchísimo menores de no tener Ucrania reactores nucleares. Eso es clarísimo. Eso se sabe desde Chernóbil”, apunta el experto.

Agrega que desde que se dio el primer ataque nuclear en 1945, se considera que las naciones que ostentan el rótulo de nucleares están en un peldaño más del desarrollo, son estados que tienen cierto prestigio, una connotación que, como se está demostrando, resulta bastante peligrosa.

Si comparamos la energía nuclear con otras fuentes de energía, por ejemplo, las energías renovables, vemos que en realidad no es para nada más eficiente, es una energía que es muy cara y tiene muchísimos riesgos y que no es en lo absoluto una energía verde”, señala.

Otras preocupaciones

Una preocupación latente en torno a la seguridad nuclear en la guerra en Ucrania es que las centrales nucleares en ese país son antiguas. Cuando se dio el desastre de Chernóbil, esa planta era relativamente nueva, pero los complejos que siguen en pie en la antigua república soviética ya tienen varias décadas, lo que las hace todavía más vulnerables.

Sobre Chernóbil, la OIEA ha remarcado que “la situación parece haberse estabilizado” y, aunque las conclusiones de los expertos apuntan a que los niveles de radiación “experimentaron incrementos” esto no condujo a un escenario “peligroso”.

Otro motivo de temor latente en el conflicto es la posibilidad de que Rusia lance un ataque nuclear, si bien la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) apuntó días atrás que no ve indicios de que Moscú se esté preparando para desplegar armas nucleares tácticas en la guerra de Ucrania.

El problema es que si Rusia cumple sus amenazas estamos hablando de una destrucción inimaginable y una amenaza existencial para todo el planeta. Ellos mantienen la retórica e incluso la alimentan. Mantienen el uso de armas nucleares sobre la mesa, es una forma ya no de disuadir, sino de ejercer coerción para que los países de la OTAN no se metan en la guerra y ellos tengan una ventaja estratégica sobre Ucrania”, remarca Umaña.

Un problema que se desprende de lo anterior es que la presencia de esa retórica hace más probable que ocurran accidentes nucleares, como ya ha ocurrido antes en la historia.

Hay 1800 ojivas nucleares en el mundo, solo de los arsenales estadounidenses y rusos, que están en estado de alerta máxima, es decir que están listos para ser detonadas en minutos. Umaña recuerda que los sistemas que controlan estos arsenales se han activado en el pasado de forma accidental por tormentas o bandadas de gansos que han sido interpretados como un ataque nuclear.

En tiempos de guerra, donde hay amenazas explícitas, la posibilidad de malas interpretaciones y malos cálculos aumenta. Entonces es muy probable que un accidente pueda conducir a una detonación nuclear, y si cruzamos el umbral de uso de un arma nuclear a partir de ahí es muy fácil que el conflicto derive en un ataque nuclear a gran escala. El riesgo en este momento es más alto que nunca”, agrega el experto.

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