Milagros Asto Sánchez

Mientras la guerra en sigue estancada en el campo de batalla, la tensión vuelve al terreno de la seguridad alimentaria y los efectos del conflicto para las personas más pobres a nivel mundial. anunció el lunes su retiro del crucial acuerdo que permitía la exportación segura de cereales ucranianos, decisión que coronó un día después con un bombardeo y nuevas amenazas.

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Rusia atacó este martes con misiles y drones explosivos el puerto ucraniano de Odesa, por el que Kiev sacaba su grano, y advirtió del riesgo que supone que Ucrania siga exportando a través del mar Negro sin el beneplácito de Moscú.

“Se trata de una zona próxima a la de combates y a falta de garantías de seguridad adecuadas, se plantean demasiados riesgos de seguridad”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

Hasta antes del anuncio de Moscú, la Iniciativa del Mar Negro firmada en julio del 2022 bajo la mediación de la ONU y Turquía, daba garantías de navegación marítima y anulaba las restricciones al corredor humanitario en esa zona.

El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, afirmó que el fin del acuerdo significaba “la retirada de las garantías de seguridad de navegación” y explicó que su país suspendió el pacto, entre otras cosas, por la imposibilidad de exportar sus cereales y fertilizantes, el bloqueo de sus pagos bancarios y la congelación de sus activos en el extranjero.

Pese al retorno del riesgo de bombardeos y minas en el mar Negro, Ucrania ha expresado su intención de seguir exportando sus cereales por dicho mar, con o sin el acuerdo de Moscú. “No tenemos miedo”, dijo el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.

La posición de Kiev fue enfatizada este martes por el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitró Kuleba, quien destacó que la solución requiere voluntad política. “Esta no es una situación fácil. En algún momento tenemos que tomar riesgos y hay que demostrar que podemos seguir sin Rusia”, afirmó.

Un trabajador agrícola carga semillas de girasol en una máquina clasificadora en una granja en la región de Mykolaiv, en el sur de Ucrania, el 11 de junio de 2022. (Foto de Genya SAVILOV / AFP)
Un trabajador agrícola carga semillas de girasol en una máquina clasificadora en una granja en la región de Mykolaiv, en el sur de Ucrania, el 11 de junio de 2022. (Foto de Genya SAVILOV / AFP)
/ GENYA SAVILOV

El Mar negro: ¿el nuevo objetivo ruso?

La región de Odesa, a orillas del mar Negro, alberga terminales marítimas claves para el acuerdo de exportación de granos ucranianos entre Kiev y Moscú.

Con el avance de la guerra, en agosto del 2022 se creó el “corredor del grano” desde tres puertos de Odesa que permitió que el país exportara grano a 45 países de Asia, África y Europa.

El analista internacional Roberto Heimovits recuerda que, por lo menos hasta antes de la invasión rusa en febrero del 2022, Ucrania exportaba el 10% de todo el trigo del mundo. También era uno de los seis mayores exportadores de cebada, de maíz y de aceite de canola y era el mayor exportador de ceite de girasol.

Aunque el impacto de suspender sus exportaciones sería evidente, el experto destaca que aún queda por ver si Rusia va a mantener su posición o si va a firmar una nueva extensión dentro de pocos días, como ha sucedido antes con la mediación de Turquía o de la ONU.

Sobre el ataque a Odesa, Heimovits no ve un cambio de estrategia. “Su objetivo es el mismo de siempre. Moscú intentar presionar a los ucranianos para que se desmoralicen y dejen de pelear, atacando la infraestructura más importante de Ucrania. Hace poco volaron una represa enorme y ahora están atacando Odesa que es de lejos el puerto más grande que está en manos ucranianas, o sea se trata de presionar a Ucrania a que deje de pelear impactando en su infraestructura”, señala.

Rusia también acusó a Ucrania de utilizar “con fines militares” el corredor marítimo abierto en el mar Negro en el marco del acuerdo sobre los cereales, luego de que Kiev atacara el estratégico puente que conecta el territorio ruso con la península ucraniana anexionada de Crimea.

El presidente ruso Vladimir Putin. (Foto: AFP)
El presidente ruso Vladimir Putin. (Foto: AFP)
/ ALEXANDER KAZAKOV

Hambre y pobreza

Tanto Ucrania como la ONU y los países occidentales, que condenaron la decisión rusa, enfatizaron que la suspensión del acuerdo supondrá, sobre todo, un aumento del hambre en las zonas más pobres del planeta.

De hecho, el pacto entre Kiev y Moscú tenía como objetivo evitar una crisis alimentaria mundial desatada por la guerra, ya que ambos países se cuentan entre los mayores exportadores de grano del mundo.

El acuerdo permitió la exportación de más de 30 millones de toneladas de grano ucraniano en el 2022, principalmente maíz y trigo, lo que ayudó a estabilizar los precios mundiales de los alimentos y a prevenir una crisis de inseguridad alimentaria mayor.

Según los datos de la ONU, el Programa Mundial de Alimentos cubrió el 80% de sus compras de trigo a través de este acuerdo y transportó 725.000 toneladas para aliviar el hambre en Afganistán, Yibuti, Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán y Yemen.

Por ello, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que millones de personas tendrán que “pagar el precio” de la decisión de Rusia, especialmente “las personas más pobres en todo el mundo”.

Este mismo martes, la Unión Africana (UA) expresó su contrariedad por la decisión de Rusia e instó a las partes “a resolver cualquier problema para reanudar el paso seguro continuado de granos y fertilizantes desde Ucrania y Rusia a donde sea necesario, particularmente en África”.

Heimovits explica que, en principio, varios reportes señalan que una zona particularmente vulnerable es el este de África porque esa región importa el 80% de su grano de Rusia y Ucrania, entonces si el bloqueo de Moscú a las exportaciones de Ucrania sigue, entonces puede haber un problema muy serio para 50 millones de personas en el este de África que podrían pasar hambre.

“Podría haber un impacto serio. En los últimos meses en la Unión Europea la inflación del componente alimentos ha superado a la inflación del componente de energía, entonces podríamos ver que una subida en los precios de los alimentos como consecuencia de este bloqueo ruso podría dificultar la lucha contra la inflación, forzar a que los bancos centrales sigan subiendo sus tasas de interés, lo que a su vez desaceleraría la actividad económica y puede haber zonas especialmente vulnerables, como los países del este de África, donde desgraciadamente podría generarse hambruna”, dice el experto.