Rusia, gracias a la participación de los mercenarios del Grupo Wagner, consiguió su primera gran victoria después de medio año de reveses ante las fuerzas ucranianas. “El 12 de diciembre concluyó la liberación de la ciudad de Soledar”, dijo este viernes el portavoz del Ministerio de Defensa, teniente general Ígor Konashénkov.
La captura de Soledar, una localidad minera de 10 mil habitantes conocida por sus minas de sal, ubicada en Donetsk, al este de Ucrania, fue considerada “la batalla más sangrienta de la guerra”. Su importancia para los rusos se debe a que ahora permitirán cortar las rutas de abastecimiento de las tropas ucranianas en Bajmut, una ciudad ubicada a 10 kilómetros, y que Moscú busca tomar hace meses.
“Los rusos literalmente marcharon sobre los cuerpos de sus propios soldados, quemando todo a su paso”, había dicho el jueves el gobernador de Donetsk, Pavlo Kyrylenko, graficando la crudeza de la operación.
Aunque no se sabe cuántos muertos han dejado los combates, en un solo día habría perecido un centenar de soldados rusos.
La propia viceministra de Defensa de Ucrania, Gannia Maliar, admitía días atrás que la situación en Soledar era difícil: “Acá se están produciendo los combates más feroces y más intensos de la guerra”, declaró.
Sin embargo, Ucrania aún señala que siguen resistiendo: “Nuestros combatientes están tratando valientemente de mantener nuestra defensa”, manifestó Maliar este viernes.
“La fuerza de esta batalla no es tanto una victoria militar, sino el efecto que puede obtener esa victoria en las pugnas internas que hay en Rusia y que están demandando a Putin resultados tangibles”, comenta a este Diario el analista de inteligencia Andrés Gómez de la Torre.
“Como la guerra se ha ralentizado, Rusia buscaba una victoria. Esta zona no es de gran magnitud estratégica. Esta batalla no tiene un valor estratégico, sino un alto valor simbólico”, agrega.
Del mismo modo, el Instituto para el Estudio de la Guerra, un centro de estudios con sede en Washington, ha señalado que el Kremlin ha “sobredimensionado la importancia de Soledar” pues no se trata de “un avance operacionalmente significativo y es poco probable que presagie un inminente cerco ruso en Bajmut”.
El protagonismo del Grupo Wagner
La importancia de esta batalla se centra en un detalle importante: fue librada, principalmente, por los mercenarios del grupo paramilitar Wagner, dirigido por un empresario cercano al Kremlin, Yevgueny Prigozhin. La presencia de los mercenarios en la guerra no es novedad, pero ante las sucesivas derrotas militares rusas, que el grupo Wagner se anote la conquista de Soledar los empodera aún más.
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“Se trata de una batalla inusual pero que no sorprende en el marco de esta guerra. Del lado ruso hay una triple combinación: el ejército ruso, que está presente como fuerza convencional; las llamadas fuerzas separatistas del Donbás; y un tercer actor que es el Grupo Wagner, que representa la guerra de los mercenarios y la privatización de la seguridad”, añade De la Torre.
Prigozhin, un personaje muy influyente en el Kremlin, recorrió las cárceles rusas en los últimos meses para reclutar presos, con la promesa de salarios elevados y una amnistía al cabo de un determinado tiempo combatiendo.
El analista militar Anatoli Jramchijin señala a AFP que el rol de Wagner en Ucrania es clave pues el grupo dispone de “un cierto número de ventajas importantes” respecto al ejército regular ruso: “un mejor entrenamiento y al mismo tiempo menos formalidades y menos burocracia”.
Gómez de la Torre también explica que en Rusia se ha configurado un escenario de competencia entre las fuerzas armadas regulares y la tercerización o el ‘outsourcing’ de la seguridad. “Es una competencia interna por cuotas de poder y concepciones estratégicas entre las fuerzas regulares y la privatización de la seguridad promovida por los grandes empresarios rusos, que están detrás del Estado”, señala.
El analista agrega que el uso de mercenarios -que también trabajan para el lado ucraniano- conlleva a aumentar los crímenes de guerra y las violaciones a los derechos humanos.