París. Tres viajeros estadounidenses señalaron que confiaron en su instinto y en el vínculo cercano de una amistad de muchos años cuando sometieron a un hombre fuertemente armado en un tren de pasajeros que viajaba a través de Bélgica rumbo a París, Francia.
Spencer Stone, miembro de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, narró el domingo por primera vez cómo fue que dos días antes evitaron una potencial catástrofe, al señalar que el atacante, con un fusil de asalto sujeto a su pecho desnudo, estaba "listo para pelear hasta el final". Pero agregó: "Y nosotros también".
En una conferencia de prensa en la embajada estadounidense en París junto a un amigo que también participó en la acción contra el atacante, el estudiante Anthony Sadler, Stone indicó que tuvieron la impresión de que el presunto terrorista no estaba bien formado en el manejo de armas.
Sin una muestra de heroísmo y una gran dosis de humildad, los tres describieron el drama sucedido el viernes en el tren expreso que viajaba de Ámsterdam a París.
Con el brazo colocado en un cabestrillo, Stone, de 23 años, detalló que despertaba de una siesta cuando apareció el agresor.
Uno de sus amigos y miembro de la Guardia Nacional, Alek Skarlatos, de 22 años, quien recién volvía de una misión en Afganistán, "me tocó el hombro y me dijo 'vamos'''.
El presidente de Francia, Francois Hollande, y varios funcionarios de alto rango se reunirán el lunes con los tres, así como con un ciudadano francés que fue el primero en detectar al atacante cerca de los baños del tren, y un hombre británico que ayudó a atar al sospechoso.
El atacante identificado como Ayoub El Khazzani, de 26 años y origen marroquí, se encuentra detenido y bajo interrogatorio de la unidad antiterrorismo de la policía francesa a las afueras de París.
Las autoridades de Francia y España aseguran que El Khazzani es un extremista islámico que pudo haber pasado un tiempo en Siria. La defensa de El Khazzani dijo el domingo que era un indigente que intentaba asaltar a los pasajeros para alimentarse.
Las autoridades de Francia, Bélgica y España, donde vivió en alguna ocasión, investigan el caso. La policía francesa lo puede retener para interrogatorios hasta el martes, luego debe acusarlo formalmente o liberarlo.
Su caso genera preguntas sobre la seguridad del tren, así como el hecho de que una persona que era vigilada por los tres países pudo abordar armado y sin problemas.
Skarlatos dijo que El Khazzani "evidentemente no tenía ningún tipo de entrenamiento con armas", pero que si "hubiera tenido suerte y hubiera hecho lo correcto para operar esos ocho cargadores, todos hubiéramos estado en problemas, y tal vez no estaríamos aquí, ni nosotros ni mucha gente más".
Armado con un arsenal y aparentemente decidido, presentó un enorme desafío para los amigos que realizaban un viaje vacacional y que saltaron a la acción en lo que, según Skarlatos, fue "puro instinto".
Fuente: AP