Las consultoras privadas argentinas aseguran que la inflación acumulada entre enero y noviembre del 2013 llegó al 26,8%, una cifra tres veces superior al 9,4% anunciado por el Gobierno en el mismo período. Esta cifra oficial supera ampliamente al promedio de la región, que se ubica en 3%, y es la segunda más alta, solo por debajo de Venezuela, donde llegó al 56%.
Para contrarrestar esta situación, el gobierno de Cristina Fernández volverá a echar mano de la una vieja estrategia iniciada en el 2005: el congelamiento de precios.
Según la prensa local, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, anunciará hoy la lista de 187 productos básicos afectados, tras llegar a un acuerdo con los dueños de los supermercados.
En la canasta de precios regulados figuran alimentos como lácteos, aceite, carne, hortalizas y pastas. También están la cerveza y el vino.
El acuerdo involucra a unas 100 marcas (nacionales y extranjeras), 60 empresas proveedoras y 1.500 comercios adheridos en una primera etapa, de acuerdo con el diario argentino “La Nación”.
Asimismo, afectará a productos de perfumería e higiene como la pasta dental, los preservativos y el desodorante; y a útiles de limpieza como el detergente para la ropa y el jabón para la vajilla.
No obstante, destacan las ausencias de otros productos de consumo cotidiano como el agua mineral entre las bebidas o el limón entre las frutas.
Aunque el acuerdo debía entrar en vigor el 1 de enero, recién hoy el Gobierno publicará el listado final con los precios, que podrán consultarse y monitorearse a través de Internet.
El nuevo equipo económico del Gobierno Argentino, con el ministro Axel Kicillof a la cabeza, da continuidad así a la estrategia de intervención en los precios para paliar el efecto de la inflación que comenzó en el 2005.
Desde el Ejecutivo de Cristina Fernández se insiste en que no se trata de una congelación de precios impuesta, sino de un acuerdo voluntario entre el Gobierno y los principales actores del sector y que, además, el convenio estará sometido a revisiones periódicas.
De acuerdo con el diario “La Nación”, Capitanich, Kicillof y el ministro de Comercio Interior, Augusto Costa, firmaron el acuerdo con los dueños de supermercados y distribuidores el viernes de la semana pasada.
El presidente de la Unión Industrial Argentina, Héctor Méndez, manifestó a “La Nación” sus dudas sobre el nuevo acuerdo, al recordar que “ha fracasado históricamente”.
En febrero del 2013, el Gobierno firmó un acuerdo similar con los supermercados con una vigencia de dos meses, pero este se fue prorrogando.