El ataque contra una base militar en la que hay desplegados soldados estadounidenses en el oeste de Irak ha activado todas las alarmas, no solo debido a que supone un aumento de las hostilidades, sino porque ocurrió dos días antes del comienzo del histórico viaje del papa Francisco a ese país y muestra la dificultad logística que supone organizar la visita y garantizar la seguridad del pontífice.
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Al menos diez cohetes cayeron en la base de Ain al Asad, ubicada en la provincia iraquí de Al Anbar. El lugar atacado alberga tropas iraquíes y extranjeras, así como soldados de la coalición internacional que lucha contra el Estado Islámico en Irak y Siria. Así pues, además de los soldados estadounidenses, en ese complejo también hay militares daneses, españoles y británicos.
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Según los reportes oficiales, varios de los proyectiles impactaron dentro de la zona donde se encuentran soldados y drones estadounidenses de la coalición antiyihadista. Asimismo, fuentes de los servicios de seguridad iraquíes citados por la agencia AFP detallaron que los cohetes fueron disparados temprano en la mañana desde un pueblo cercano a la base castrense.
Las fuerzas militares iraquíes dijeron que los cuerpos de seguridad habían hallado el camión desde el cual fueron lanzados los misiles. Un video del lugar muestra a un camión en llamas en medio del desierto. Los proyectiles usados eran cohetes “Grad” de tipo “Arash”, de fabricación iraní.
Un contratista estadounidense murió en el ataque tras sufrir “un episodio cardíaco cuando buscaba refugio”, informó el Pentágono.
Escalada de la tensión
El ataque de este miércoles es el último de varias agresiones similares perpetradas en las últimas semanas. Estados Unidos suele acusar de estos hechos a las facciones armadas iraquíes proiraníes ubicadas en el ese de Siria.
Según AFP, en Irak, Irán cuenta con el apoyo de las Fuerzas de Movilización Popular (Hash al Shaabi), una potente coalición de paramilitares y compuesta principalmente por facciones financiadas por Teherán.
El ataque contra la base de Ain al Asad es el segundo en el último mes contra una base con presencia estadounidense. El lunes 15 de febrero dos personas murieron, entre ellas un civil extranjero que trabajaba para la coalición, por el impacto de cohetes contra la base militar que alberga a tropas de la coalición en el aeropuerto de Erbil, en el Kurdistán iraquí (norte).
Además, en febrero, varios cohetes cayeron cerca de la embajada estadounidense en Bagdad. Al menos tres proyectiles impactaron cerca de la misión diplomática, mientras que otros dos lo hicieron en áreas residenciales.
Como respuesta, el gobierno del presidente Joe Biden lanzó su primera operación militar. Estados Unidos lanzó varios bombardeos contra milicias proiraníes en el este de Siria en los que murieron al menos 22 combatientes.
Los últimos ataques se producen a puertas del histórico viaje a Irak del papa Francisco, que mantiene su intención de realizar la visita pese a los ataques. Será el primer pontífice en llegar a ese país.
“Pasado mañana, Dios mediante, iré a Irak para una peregrinación de tres días. Hace mucho tiempo que quiero encontrarme con ese pueblo que ha sufrido tanto”, dijo este miércoles Francisco, de 84 años.
Una base que ya ha sido atacada
La base de Ain al Asad, a 160 kilómetros al oeste de Bagdad, fue atacada hace un año por Irán con una lluvia de misiles. Varios militares estadounidenses sufrieron contusiones.
La agresión se dio en represalia por la muerte del poderoso general iraní Qassem Soleimani en un ataque con aviones no tripulados de Estados Unidos ordenados a principios de enero del 2020 por el entonces presidente Donald Trump.
En una nota sobre la importancia estratégica de la base de Ain al Asad, el diario estadounidense “The New York Times” señaló que tanto Trump como su vicepresidente Mike Pence hicieron visitas inesperadas a la base entre el 2018 y el 2020.
El medio recordó como Trump describió el viaje que hizo a la base en diciembre del 2018 como desgarrador: “Tenía preocupaciones por la institución de la presidencia porque, no por mí, personalmente [...] Tenía preocupaciones por la primera dama, te lo diré. Pero si hubieras visto lo que tuvimos que atravesar, con el avión oscurecido, con todas las ventanas cerradas, sin luces en absoluto, en ninguna parte -completamente negro. Nunca lo he visto. He estado en muchos aviones, de todos los tipos, formas y tamaños. Nunca había visto nada igual“, dijo el entonces mandatario.
Las tropas estadounidenses en la base están ayudando a entrenar a las fuerzas de seguridad iraquíes.
En febrero del 2015, el Pentágono informó que las fuerzas de seguridad iraquíes repelieron un ataque del Estado Islámico que iba a tener como objetivo la base de Ain al Asad.
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