Doce días tardó Irán en materializar su amenaza contra Israel en respuesta al ataque del 1 de abril contra su consulado en Damasco (Siria), en el que murieron siete miembros de la Guardia Revolucionaria iraní. La represalia de Teherán llegó con una andanada de drones y misiles lanzados el sábado contra el Estado hebreo, que en su mayoría fueron interceptados sobre territorio sirio, jordano e israelí, pero que ha encendido todas las alarmas y desatado la inquietud de que la situación en el Medio Oriente se ponga aún peor.
MIRA: Irán lanza más de 300 misiles y drones contra Israel en un ataque sin precedentes
El Comercio conversó con Román Ortiz, analista español experto en seguridad internacional, quien considera que las tensiones entre Irán e Israel alcanzaron su punto más alto en lo que va de la crisis en Medio Oriente y aumentan la posibilidad de que la compleja guerra en la franja de Gaza se convierta en un conflicto regional.
—¿Qué significa este ataque sin precedentes en la crisis que vive Medio Oriente?
Es una escalada relevante en la medida en que Irán ha lanzado un ataque desde su propio territorio. Aunque era claro y público que Irán estaba detrás de organizaciones como Hezbolá o los hutíes, lo cierto es que es la primera vez que asume un protagonismo directo en los ataques contra Israel. Es una escalada importante, desde un punto de vista político y estratégico, aunque no tanto desde un punto de vista estrictamente militar.
—¿Por qué?
La acción que ha lanzado Irán es significativa, pero limitada. Irán parece querer dar una señal, pero no está decidido a lanzar realmente un ataque militarmente significativo. Irán cuenta con un arsenal de misiles muy numeroso que podría haber disparado masivamente. Los misiles son más difíciles de interceptar y en grandes cantidades podrían haber tenido más posibilidades de provocar daños significativos. Sin embargo, Irán ha renunciado a hacer eso. Me parece que los iraníes quieren responder, pero al mismo tiempo controlar la escalada.
—¿Qué se puede esperar de las represalias que tomará Israel?
Es difícil predecirlo, pero diría que, en el corto plazo, Israel también tiene interés en controlar la escalada porque quiere concentrar sus esfuerzos en terminar de resolver la campaña militar en Gaza. En consecuencia, los incentivos que tiene para escalar de una manera radical contra el ataque iraní en el corto plazo son limitados.
—¿Cuál es el escenario a mediano o largo plazo?
En el medio plazo hay dos problemas en el escenario de Oriente Medio que hacen difícil evitar que la confrontación entre Israel e Irán se incremente. Uno son las capacidades militares de Hezbolá, que es el principal socio y aliado de Irán y que tiene un arsenal de unos 70.000 cohetes y misiles apuntados hacia Israel, y el otro es el poder nuclear iraní.
El problema del ataque terrorista de Hamas del 7 de octubre es que demostró a Israel que su capacidad para disuadir ataques es limitada, es muy frágil, y en consecuencia, seguir viviendo en el largo plazo con esa amenaza de esos miles de misiles apuntando a Israel es intolerable para Israel. En consecuencia, en algún punto, cuando la campaña en Gaza esté más avanzada, es probable que Israel tenga un interés importante en reducir la capacidad militar de Hezbolá.
El 7 de octubre también ha convencido a los planeadores estratégicos israelíes que en ningún caso van a poder convivir con un arma nuclear iraní por lo que quieren seguir retrasando la producción del arma nuclear por Irán y eso necesariamente significa realizar acciones militares para frenar ese programa.
—EE.UU. redobló su apoyo a Israel y le ayudó a interceptar drones iraníes. ¿Cómo evalúa esta intervención y el papel que está adoptando en esta escalada?
EE.UU. está tratando, por sobre todo, de evitar que la guerra en Gaza se extienda. Hay razones de carácter estratégico, en el sentido de que hay un riesgo real de que se convierta en una guerra regional y eso sería catastrófico para la seguridad internacional, cuando al mismo tiempo está abierta a la guerra en Ucrania. La otra razón es de carácter político. El presidente Joe Biden está camino a una elección muy difícil en noviembre y él trata de llegar con el escenario internacional lo más controlado posible.
—¿Cuál es la principal consecuencia del ataque iraní a Israel en cuanto a la escalada regional?
Yo creo que nos pone un paso más cerca de un conflicto directo entre Israel e Irán, y eso evidentemente nos lleva un paso más cerca también de que la guerra en Gaza se convierta en una guerra regional. Hay un esfuerzo permanente para contener esa tendencia, pero este es un paso más en esa dirección.