"Cristóbal Colón en la corte de los Reyes Católicos", pintura de Juan Cordero (1850).
"Cristóbal Colón en la corte de los Reyes Católicos", pintura de Juan Cordero (1850).
Redacción EC

Isabel ‘la Católica’ -quien falleció un día como hoy, pero en 1504- no debió ser la monarca del reino de Castilla. A la muerte de su padre, Juan II, su hermano Enrique ‘el Impotente’ el trono, mientras que ella fue enviada con su madre a lo que ahora es .

Pero Enrique fue víctima de los problemas políticos de la época. Así, fue humillado por los nobles y obligado, si es que quería que lo dejaran gobernar, a elegir a Isabel como su sucesora legítima. Él aceptó.

Muy a la usanza, lo que siguió para la futura reina fue conseguir un esposo. El elegido fue Fernando, hijo de Juan II de Aragón y Navarra. Ambos se convertirían en los reyes católicos, a pesar de que el papa se opuso a su unión.

¿Por qué?

Según , Isabel y Fernandoeran bisnietos de Juan I de Castilla y Leonor de Aragón, lo que les convertía en primos” lejanos. Como el papa Paulo II no quiso firmar la bula para permitir su matrimonio, desde Aragón decidieron falsificar una que “permitía el matrimonio entre primos hasta el tercer grado”, y atribuírsela al predecesor Pío II.

Luego de casarse, el engaño se supo. Y no fue hasta que el cardenal Rodrigo Borgia fue enviado por el papa Sixto IV, que por fin consolidaron la unión. El Borgia -que luego se convertiría en papa-, les a cambio que “le concedieran la ciudad de Gandía y el título de duque a su primogénito, Pedro Luis Borgia”.

La Bula de Salamanca consolidó el matrimonio.

Romance furtivo

El matrimonio entre Isabel y Fernando, dice Nat Geo, hizo que sus naciones dejaran el medioevo y transitaran a la Edad Moderna. Durante su gestión, se expulsaron a los judíos y se el “Imperio español de los siglos XVI y XVII”, además, por la Capitulación de Santa Fe, que dio a Cristóbal Colón los recursos para encontrar una nueva ruta hacia las Indias.

Y, finalmente, el descubrimiento de América.

Sobre la relación de la reina y Colón no hubo mucho debate hasta el 2012, cuando la profesora de la Universidad de Georgetown, Estelle Irizarry, reveló información que cambió el paradigma.

Su teoría se basa en una carta de 1501 que “se conserva en el archivo de Simancas (Valladolid)”, dice “”. En una entrevista con EFE, Irizarry declaró: “La carta fue escrita por Colón, aunque no sabemos con certeza si llegó a su destinataria”.

¿Y qué reza la carta?

La frase de la polémica es: “Las llaves de mi voluntad yo se las di en Barcelona”.

Según la investigadora, dichas palabras “tienen una connotación erótica, en concreto la figura de las llaves como utensilio que penetra y permite la apertura”.

Además, Colón no le escribe a la pareja real, sino solo a la reina, a quien llama “Cristianísima”, y a quien le dice: “Yo soy de continúo pensando en su descanso”.

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