Jerusalén. Sara Netanyahu, esposa del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, compareció ante un tribunal, acusada de abuso de confianza y malversación de fondos del Estado para el pago de cientos de lujosas comidas y servicios de chef privados.
Además de la esposa de Netanyahu está encausado el subdirector general de la Oficina del Primer Ministro, Ezra Saidof.
La presidenta del tribunal, Avital Jen, dio a la acusación y a la defensa hasta el 13 de noviembre para alcanzar un acuerdo, fecha en la cual la corte volverá a reunirse si fracasan las negociaciones, informó la televisión estatal Kan.
Se acusa a Netanyahu de utilizar fondos del erario público para pagar comidas por un importe de unos 360.000 shékels (más de 85 mil euros) declarando falsamente que no había cocineros disponibles en la residencia oficial en esos momentos.
A Saidof se le acusa de encubrir que efectivamente sí había un cocinero contratado en la residencia, falsificando para ello documentos.
El sumario del caso dice que "los acusados han hecho varias declaraciones falsas que ellos mismos no creen que sean verdaderas", informó el diario Haaretz.
"A través de esas declaraciones, reconocieron que incurrieron en fraude al usar cientos de miles de shékels de los cofres del Estado. Las circunstancias agravadas se manifiestan en el hecho que las sumas eran extraídas de forma continua y metódica", citaba el medio.
La pena máxima por delito de abuso de confianza es de tres años de prisión, y la de fraude es de cinco, sin embargo los comentaristas señalan que los tribunales suelen dictar sentencias más ligeras y en el caso de Sara Netanyahu especulan que finalmente fuera declarada culpable, cumplirá únicamente como pena servicio comunitario.
Anticipándose a la sesión, el abogado de la acusada ironizó: "Por primera vez en la historia, la esposa de un líder ha sido acusada por macarrones y comida para llevar", y agregó que "la acusación está basada en un procedimiento ilegal que, en esencia, no existe", según radio Kan.
El letrado se refería a una cláusula, que según él no fue aprobada por el Comité Económico de la Knéset (parlamento de Israel) que limitaba los gastos de la residencia del primer ministro.
Fuente: EFE