Este miércoles, además de Alan Gross -quien captó el mayor interés mediático- Cuba también liberó a un misterioso espía cuyo nombre no ha trascendido. Sin embargo, Estados Unidos lo consideraba un preso de alto nivel.
De él se sabe que es cubano, que llevaba 20 años preso en la isla y que fue detenido por espiar al servicio de Estados Unidos.
Se le ha vinculado con importantes operaciones de inteligencia como infiltrar una organización llamada la Red Avispa y se cree que tuvo un papel clave al destapar a funcionarios estadounidenses que espiaban para Cuba.
La administración del presidente Barak Obama declinó emitir ninguna opinión sobre el misterioso espía cubano, y su salida de la cárcel solo se pudo conocer por un breve comunicado emitido por la Dirección Nacional de Inteligencia, la cual le agradece sus servicios y su "apoyo en momentos críticos".
"Sus sacrificios solo han sido conocidos por pocos", señala el comunicado de la Dirección Nacional de Inteligencia.
"Informaciones suministradas por esta persona fueron fundamentales en la identificación e interrupción de varias operaciones de inteligencia cubana en Estados Unidos, que condujeron a una serie de exitosos procesos federales por espionaje".
De acuerdo con funcionarios estadounidenses, la información suministrada por el espía permitió descubrir y condenar a la analista senior Ana Belén Montes, quien trabaja en la Agencia de Inteligencia de la Defensa.
Montes espió para Cuba durante 17 años desde su puesto en dicha agencia estadounidense, filtrando mensajes secretos sobre sus colegas.
La información obtenida por el espía cubano también abrió el camino para formular cargos contra Walter Kendall, antiguo oficial del Departamento de Estado, por conspiración para cometer espionaje y fraude electrónico.
La investigación también alcanzó a la esposa de Kendall, Gwendolyn Myers, quien fue encarcelada por conspiración para reunir y transmitir información sobre temas de defensa nacional.
LA RED AVISPA
Gracias a la información del espía, las autoridades estadounidenses intervinieron la Red Avispa en el 2001, una organización compuesta por agentes cubanos que operaba desde Florida, y que fuera acusada por las autoridades estadounidenses de realizar actividades criminales.
En total, cinco miembros de la Red Avispa fueron encontrados culpables por conspiración, y por no informar a las autoridades estadounidenses que se encontraban en el país como agentes extranjeros.
El Gobierno Cubano dijo que el grupo no representaba una amenaza para la seguridad de Estados Unidos, por cuanto sus actividades solo se concentraban en vigilar a los anticomunistas exiliados en Florida, con el objetivo de prevenir ataques a Cuba.
Estos individuos fueron tomados por La Habana como un símbolo de las agresiones de Estados Unidos, y fueron conocidos como "los cinco de Cuba".
"A la luz de su sacrificio en nombre de los Estados Unidos, el que se haya concretado su liberación después de 20 años de prisión –en un intercambio por tres de los espías cubanos que él mismo ayudó a poner tras las rejas- es un cierre apropiado para este capítulo de la Guerra Fría en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba", expresa el comunicado.