A pocos días de que se levantaran las sanciones de la ONU contra Irán, algunas firmas anunciaron planes para invertir en el que dejó de ser un mercado prohibido.
Algunas han pasado meses planeando su retorno a un país rico en recursos naturales, con una numerosa población educada y paisajes espectaculares.
Compañías europeas y asiáticas van a tener la ventaja, pues las sanciones estadounidenses se mantienen, lo que hace extremadamente difícil que las empresas de Estados Unidos puedan participar en esta particular carrera.
No obstante, el potencial de crecimiento y las ganancias serán difíciles de resistir.
Estas son algunas de las oportunidades más tentadoras.
Turismo
En octubre pasado, el vicepresidente iraní Masoud Soltanifar le dijo a la agencia de noticias AP que anticipaba un "tsunami" de turistas como resultado del levantamiento de las sanciones.
Con espectaculares atracciones turísticas como las ciudades de Persépolis, Shiraz e Isfahán, Irán ciertamente tiene potencial.
En 2014, la nación recibió a más de 5 millones de turistas, que produjeron alrededor de US$750.000 millones en ganancias. Pero Soltanifar apunta a atraer 20 millones de turistas al año para 2025.
"¡Esa es una cifra grande!", exclama Tony Wheeler, fundador de las guías de viajeros Lonely Planet, quien ha visitado Irán varias veces. Anota que esa es la cantidad que atrae Tailandia, que tiene una industria turística bien desarrollada.
No obstante, señala que cuando Birmania abrió sus puertas a la inversión extranjera, las cifras de turistas "aumentaron con locura", y piensa que Irán podría experimentar algo similar.
Una de las hermosas esquinas de una de las hermosas ciudades -Isfahán- de Irán.
De por sí ya es un destino importante para los peregrinos chiitas, que forman una gran parte de los visitantes anuales.
Pero de acuerdo al experto en viajes Simon Calder, Irán está lejos de ser un destino fácil: como otros lugares en Medio Oriente, es percibido como peligroso, y el veto al alcohol puede desalentar a algunos visitantes.
Otro problema es la escasez de camas de hotel, pero las cadenas internacionales ya están planeando invertir.
La francesa AccorHotels, dueña de Novotel e Ibis abrió dos nuevos hoteles en Teherán. Sin duda vendrán más.
Aviones
Airbus ya recibió un pedido por 114 aviones de la aerolínea estatal Iran Air. Puede ser la primera de muchas. Un informe en la prensa iraní dice que el país puede necesitar casi 600 aviones en el curso de la próxima década.
Sin embargo, Airbus tendrá que competir con Boeing, que es una de las pocas firmas estadounidenses a la que se le permitirá negociar con Irán.
Probablemente Boeing venderá sus populares 737 jets de cuerpo angosto y los 777 que son grandes y convenientes para viajes largos.
No obstante, por el momento, Boeing está siendo cauteloso: "Hay muchos pasos a seguir si decidimos venderle aviones a las aerolíneas iraníes. Por el momento, continuaremos examinando la situación", declaró en un comunicado.
Aterrizando en Teherán: el gobierno iraní quiere que suceda mucho más a menudo en el futuro cercano.
Petróleo
Con cantidades de petróleo que lo ubican en el cuarto lugar de la lista de las reservas más abundantes del mundo, Irán es una bonanza potencial para las compañías petroleras.
La italiana Eni fue uno de los más grandes clientes de la industria petrolera iraní antes de que las sanciones lo impidieran. Su presidente dijo que para convertirse en uno de los principales productores de petróleo, Irán tendrá que invertir US$150.000 millones, lo que puede tomar "4 o 5 años".
La noruega Statoil declaró estar "abierta a nuevas oportunidades" en Irán.
El gigante anglo-holandés Shell tenía un proyecto petrolero marítimo en Irán, pero dice que es "demasiado temprano" para decir si volverá a invertir.
La plataforma petrolera Balal en las aguas del Golfo.
"Seguimos interesados en explorar el papel que Shell puede jugar en el desarrollo del potencial energético de Irán, dentro de los límites de la ley", declaró en un comunicado.
Irán no sólo tiene mucho petróleo, sino que además es potencialmente barato de explotar y eso es importante, dado la aguda caída en el precio desde 2014.
Sin embargo, debido a la falta de inversión, la producción ha venido cayendo. En 2015 llegó a los 2,9 millones de barriles al día, cuando en 2010 eran 3,7 millones, según los datos de la OPEP.
Gas
South Pars es el campo de gas más grande del mundo y una gran parte está bajo aguas iraníes.
Como con el petróleo, el gas necesita mucha inversión.
El gas es más difícil de importar: Irán tiene que decidir si reinicia sus planes de desarrollar gas natural licuado (GNL), que puede ser embarcado, o construir tuberías.
Solía tener contratos con Shell, la española Repsol y la francesa Total para construir tres plantas de GNL pero los proyectos fueron abandonados y no se sabe si revivirán.
No obstante, el gigante alemán Linde ya expresó su interés en entrar en el sector GNL iraní.
Antes de las sanciones, había planes de construir tuberías hacia Europa, India, Siria y Turquía, pero los proyectos nunca fueron completados.
Firmas europeas y asiáticas tendrán ganas de formar parte de este prometedor sector.
Falta decidir qué camino tomar.
Autos, camiones y buses
La alemana Daimler Trucks no ha perdido tiempo. Ya anunció planes de reiniciar sus ventas y producción en Irán.
En sociedad con Iran Khodro producirá motores y otras partes. Daimler, que se fue de Irán en 2010, señala que "hay una demanda enorme de vehículos comerciales, especialmente camiones".
Irán solía ser el segundo mercado en tamaño de Peugeot-Citroën antes de que la forzaran a salir en 2012. En sus mejores momentos, la compañía estaba vendiendo 450.000 autos al año.
No extraña entonces que a la firma francesa le entusiasme regresar: las negociaciones para una empresa mixta para producir automóviles están "en curso", según Peugeot.
Antes, la compañía planea inaugurar una sala de exposición para su marca DS en Teherán junto con un socio local.
Tráfico en la capital... ¿necesitarán más autos de verdad?
Pero Peugeot probablemente tendrá competencia. Un analista dice que Volkswagen está considerando entrar en el mercado iraní.
Los fabricantes de partes de autos también están deseosos de aprovechar la oportunidad; se habla de que la alemana Continental ya está estudiando la posibilidad.
Los expertos señalan que Teherán buscará que las firmas internacionales transfieran sus conocimientos técnicos y reinviertan las ganancias en el país.
Eso podría ser problemático para las compañías que quieran proteger su propiedad intelectual o acceder a las ganancias.