Imagen referencial en donde se ve a contraluz la inyección de una dosis de la vacuna contra el coronavirus. AP
Imagen referencial en donde se ve a contraluz la inyección de una dosis de la vacuna contra el coronavirus. AP
/ David Goldman
Redacción EC

Mientras el mundo se desespera por vacunarse contra el , se toma las cosas con calma. Actualmente, de sus 5 millones de habitantes, poco más de 782 mil ya tienen sus dosis completas.

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Así lo ha informado la agencia EFE: el país tiene solo el 17% de su población elegible inmunizada, lo que invita a pensar cuál es su estrategia para combatir la COVID-19.

En esta nota, recordamos cuáles fueron las medidas que Nueva Zelanda tomó para frenar la pandemia, su éxito inicial, el último rebrote y el avance de la vacunación.

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ASÍ SE CONTROLA LA PANDEMIA

Hace meses se hablaba de una suerte de milagro neozelandés. Incluso, Estados Unidos al país como uno de los destinos más seguros para viajar durante la pandemia.

Para lograr mantener a raya al coronavirus, Nueva Zelanda cerró las fronteras, bloqueó la llegada de turistas de ciertas partes del mudo y ordenó cuarentenas muy estrictas, tanto para viajeros como para sus ciudadanos.

Por ejemplo, en marzo del año pasado, a cerca de 4,8 millones de personas, casi toda su población.

Mientras otros países se debatían si debían tomar medidas estrictas, Nueva Zelanda tomó cartas en el asunto.

El experimento les salió bien, al punto que decidieron crear un con Australia. Desde el 18 de abril de este año, la burbuja Trans-Tasmania empezó a operar.

Entonces, la primera ministra Jacinda Ardern, destacó que eran el único país cuya estrategia “para erradicar el COVID-19” permitía hacer viajes internacionales.

Además, fines de ese mes y por los buenos resultados, la banda Six60 ofreció un para 50 mil seguidores.

Pero el coronavirus parece ser indomable. Durante todo este tiempo hubo rebrotes y se tuvo que volver a confinar a la población. Y, de hecho, hace un mes, la burbuja Trans-Tasmania se tuvo que porque en Australia -otra de las naciones que dio ejemplo en la lucha de la COVID-19- se descontroló la enfermedad.

Jacinda Ardern, la primera ministra de Nueva Zelanda. (Foto: AFP)
Jacinda Ardern, la primera ministra de Nueva Zelanda. (Foto: AFP)
/ MARTY MELVILLE

UNA MARATÓN POR LA INMUNIZACIÓN

En marzo de este año, Jacinda Ardern anunció que Nueva Zelanda solo inmunizaría a su población con la vacuna de Pfizer. Se trató de una decisión extraña, siendo que sus planes iniciales utilizar cuatro fármacos distintos” y que el mundo se desvive por conseguir todas las que puede y su bolsillo les alcanza.

Arden señaló que la decisión respondía a su alta efectividad, pero la agencia destacaba que también podía tener que ver con “las demoras en la autorización de las vacunas”.

Según , mientras otros países daban autorizaciones de emergencias, Nuevo Zelanda no lo hizo porque el golpe de la pandemia no lo ameritaba. Desde que comenzó la pandemia, el país 2.880 contagios y 26 muertes relacionadas con el coronavirus.

Con eso en mente, el país 10 millones de dosis de Pfizer que llegarían en la segunda mitad de este año, y así se puede entender el lento proceso de vacunación neozelandés.

Imagen referencial. Nueva Zelanda anunció que solo utilizará las vacunas de Pfizer. REUTERS
Imagen referencial. Nueva Zelanda anunció que solo utilizará las vacunas de Pfizer. REUTERS
/ Dado Ruvic

Al respecto, el ministro encargado de la respuesta al COVID-19, Chris Hipkins, : “No es una carrera de velocidad sino una maratón de un año”.

Aun así, las noticias del mundo parecen afectar la percepción de los ciudadanos. De allí que la popularidad de Jacinda Ardern se haya visto afectada.

Muchos neozelandeses, cuenta , comparan su proceso de vacunación con el inglés (“donde casi el 90% de los adultos recibieron al menos una dosis y alrededor del 70% están totalmente vacunados”).

” anota que, según encuestas recientes, “la aprobación de su partido se desplomó 9,7%, el número más bajo” desde que llegó al poder. En tanto que un 45,5% “sigue confiando en Arden”, lo que significa un “descenso de 2,6% en su popularidad”.

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