Palestinos y policías israelíes se enfrentaron este lunes, por segundo día consecutivo, en la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén, coincidiendo con el aumento de visitantes judíos con motivo del Año Nuevo hebreo.
Como ocurrió el domingo, las fuerzas de seguridad israelíes entraron en la mezquita Al Aqsa, el tercer lugar más sagrado del islam, para evitar que los jóvenes musulmanes allí congregados asediaran a los judíos, según la policía.
Los enfrentamientos estallaron en la Explanada con fuertes estruendos que se escuchaban desde fuera del recinto. Los musulmanes se atrincheraron dentro de la mezquita de Al Aqsa protestando por los accesos al lugar, venerado por los judíos con el nombre de Monte del Templo.
"Cuando la policía entró en el complejo, jóvenes enmascarados huyeron dentro de la mezquita y lanzaron piedras", dijo la policía en un comunicado.
La policía afirmó que cinco manifestantes habían sido arrestados en la Explanada y que las visitas se realizaron conforme a lo previsto.
Otros cuatro fueron arrestados en escaramuzas entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes en las calles aledañas de la ciudad vieja de Jerusalén. La policía lanzó granadas aturdidoras mientras golpeaba a manifestantes y periodistas tratando de dispersar a la multitud.
Los musulmanes temen que Israel pretenda cambiar las normas que rigen el lugar, alentado por grupos de extrema derecha judíos que reclaman un mayor acceso o incluso construir un nuevo templo.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que se respetaría el status quo en este lugar sensible pero los palestinos desconfían, una muestra de la profunda división entre las partes.
Aunque se permite a los no musulmanes visitar la Explanada, los judíos tienen prohibido rezar o desplegar símbolos nacionales, una medida para evitar causar tensiones con los musulmanes.
"Estamos preocupados por Al Aqsa porque Israel quiere vaciarla y luego sacar a todos los musulmanes de Jerusalén", dijo a la AFP Sanaa Rajabi, una de las muchas mujeres que protestan en las puertas de la mezquita.
"Es el primer paso para dividir Al Aqsa. Lo hacen paso a paso para que los musulmanes y los árabes no digan nada pero este es su plan", asegura.
- Aumento las visitas de los no musulmanes -
Durante las vacaciones judías, aumentan las visitas de no musulmanes al lugar, con unos 650 visitantes registrados el domingo, según la policía. Otras 500 personas acudieron el lunes entre las 07H30 y las 11H00, el horario de visitas, informaron las mismas fuentes.
El Año Nuevo Judío (Rosh Hashanah) empezó el domingo por la noche y terminará el martes.
El ministro de Agricultura israelí, Uri Ariel, de extrema derecha, se encontraba entre los activistas judíos que visitaron la Explanada el domingo, según medios locales.
Por su parte el ministro de Defensa prohibió la entrada en el lugar de los grupos musulmanes Murabitat y Murabitun, que afirman defender a la Explanada de las Mezquitas, para mantener "la seguridad del Estado, el bienestar y el orden público".
En los disturbios del domingo, testigos musulmanes afirmaron que la policía entró en la mezquita de forma violenta y causó daños. La policía dijo que se limitó a cerrar las puertas para evitar que los alborotadores que estaban dentro lanzaran piedras, petardos y otros objetos.
Las fuerzas de seguridad israelí ya habían utilizado la misma táctica en el pasado para tratar de restaurar la calma, irrumpiendo de forma breve en la mezquita.
El presidente palestino, Mahmud Abas, condenó la actuación de la policía israelí el domingo, recalcando que sitios como Al Aqsa constituyen una "línea roja" y añadiendo que "no permitiremos ataques contra nuestros lugares sagrados".
Sin embargo, Netanyahu dijo que "es nuestra responsabilidad y nuestro derecho actuar contra los alborotadores para permitir la libertad de los fieles en este lugar sagrado".
Israel conquistó Jerusalén Este, donde está la mezquita Al Aqsa, durante la guerra de los Seis Días de 1967 y más tarde lo anexionó a su territorio, una medida jamás reconocida por la comunidad internacional.
La policía dijo el lunes que el lanzamiento de piedras podría haber provocado un accidente de coche que habría matado a un motorista cerca de un barrio palestino de Jerusalén.
Netanyahu también convocó una "reunión de urgencia" el martes por la noche de su gabinete para intentar frenar el lanzamiento de piedras y bombas incendiarias, indicó un portavoz del gobierno.
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