Los comerciantes pakistaníes no solo ven en el presidente estadounidense Barack Obama a un símbolo de poder, también lo identifican como un ícono de la virilidad. Esa sería la explicación de por qué han empezado a usar su imagen en las cajas de viagra de contrabando que comercializan en la región de Peshawar.
A cuatro pastillas por un dólar, el viagra de contrabando es un éxito en la región. La pequeña pastilla azul está prohibida en Pakistán, pero se introduce de contrabando desde Afganistán.
“La gente las usa porque estas pastillas tienen varias posibilidades, ayudan a cualquiera que no puede tener sexo, mejoran la duración para los que han destruido su juventud a través de la masturbación. Así que la gente las usa para aumentar su aguante de 30 minutos a una hora”, señala el comerciante ehsan Ulah.
Sin embargo, algunas de estas pastillas son copias del medicamento y están hechas con sustancias desconocidas, por lo que están causando una serie de problemas de salud en Pakistán, donde son vendidas sin ningún tipo de supervisión.