“Esta es una decisión seria y de peso, pero sobre todo es un acto de confianza en ustedes, los ciudadanos franceses, para tomar la decisión justa para sí mismos y para las generaciones futuras”. Con estas palabras se dirigió el presidente de Francia, Emmanuel Macron, a sus compatriotas el último domingo para anunciar el adelanto del calendario electoral en el país galo luego de los comicios para el Parlamento Europeo.
Si se considera seria o no ello depende del grado de crítica o de afinidad que se tenga con el mandatario, pero es inobjetable que se trata de una decisión de peso y totalmente inesperada que se comunica, además, cuando la nación está cada vez más pendiente de la realización de los Juegos Olímpicos en París, un evento que se viene preparando desde hace años.
Si bien Macron ha dicho que no piensa dimitir “salga el resultado que salga” de los próximos comicios y que cumplirá su mandato hasta el 2027, que tenga que “compartir” el gobierno con opositores y extremistas en un régimen de cohabitación puede cambiar dramáticamente el panorama interno a tan poco del certamen deportivo mundial por excelencia.
A propósito de los Juegos Olímpicos, que empezarán el 26 de julio en París, la seguridad ha sido tema de desasosiego en estos meses previos. Francia ha sido escenario de atentados terroristas desde el 2015 y existe el temor de que islamistas radicales tengan en la mira un espectáculo deportivo que puede llegar a tener audiencias de más de mil millones de telespectadores en el mundo entero. El despliegue de seguridad no tiene precedentes: unos 100.000 agentes estarán vigilantes y a la orden durante los 17 días de competencias.
Como si no fuera suficiente esta inquietud, el terremoto del domingo 9 con el avance de la extrema derecha en Francia en las elecciones al Parlamento Europeo ha añadido una nueva perturbación, que se suma a las ya conocidas de la seguridad, la limpieza y puesta a punto del río Sena (donde se desarrollará la jornada inaugural) y las amenazas de huelgas de varios sindicatos. El presidente Emmanuel Macron decidió adelantar los comicios legislativos -iban a ser en el 2027- para los domingos 30 de junio y 7 de julio, a menos de un mes del inicio de los juegos.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, ha asegurado que desde un punto de vista operativo los comicios no van a estropear los JJ.OO. Pero tener dos jornadas electorales previas pondrá más presión a los guardias y soldados encargados de ambos eventos. Tampoco se sabe qué gobierno estará en funciones a fines de julio y si habrá cambio de ministros encargados del transporte y la seguridad, vitales para la capital gala con los millones de visitantes que llegarán a la cita olímpica. Una circunstancia ciertamente inédita en la historia reciente del movimiento olímpico.