Colombia sigue sin sacudirse por completo de la turbia asociación entre fútbol y narcotráfico que emponzoñó ese deporte en el pasado.
Esa historia compleja resurgió esta semana al conocerse que el ex futbolista Freddy Rincón es buscado por Interpol en una investigación por los delitos de lavado de activos producto del narcotráfico y conspiración para traficar.
La orden procedente de Panamá busca que Rincón cumpla una sentencia por varias propiedades a su nombre que la fiscalía considera fueron adquiridas con el dinero generado por una empresa en la que el ex futbolista fue socio con su amigo Pablo Rayo Montaño, antiguo miembro del Cartel de Cali.
La empresa, Nautipesca, es señalada de lavar fondos del clan Rayo y que proveía las lanchas rápidas para despachar cargamentos de drogas hacia los Estados Unidos.
El ex jugador del Real Madrid, Nápoles y Corinthians dijo que es inocente y se mostró sorprendido por la acusación.
"Panamá no tiene pruebas en mi contra. Y fue por eso que, incluso, Brasil archivó el caso en mi contra", aseguró Rincón en conversación con el portal colombiano Semana.
La orden de arresto contra Rincón trae el recuerdo de un tiempo que muchos quieren dejar atrás.
El que fuera estrella de la selección colombiana y autor de uno de los goles que más recuerdan en el país -contra Alemania en el mundial de 1990- hizo referencia a los cuatro meses y medio en los que estuvo detenido en Brasil en una investigación vinculada con el caso.
En ese momento Rincón entregó pruebas del origen del dinero que invirtió en Panamá y la justicia brasileña cerró el proceso judicial en su contra.
El jugador, que está en Colombia, dijo que no viaja a Panamá porque aún no está autorizado y siente que allá no tiene las garantías suficientes.
Asimismo, según informó la policía cuando surgió la primera orden emitida por la Interpol en 2013 sobre este mismo caso y que luego fue anulada, el tratado de extradición entre Panamá y Colombia no incluye el envío de ciudadanos colombianos.
REVIVIENDO EL PASADO
En 1994, la selección colombiana disputó el Mundial de EE.UU. con un combinado repleto de estrellas.
Pero la noticia ha traído a la memoria los años más oscuros del fútbol colombiano.
En los años 80' y 90' los narcotraficantes controlaban numerosos ámbitos de la sociedad colombiana. El fútbol no fue una excepción.
"Era una moda que los narcos tuvieran un equipo de fútbol", dice el periodista deportivo colombiano Luis Fernando Restrepo durante una conversación con BBC Mundo.
La lista incluye a Hernán Botero Moreno, presidente de Nacional entre 1970 y 1984, a Gonzalo Rodríguez Gacha, accionista en Millonarios, y a los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, jefes del cartel de Cali y amos del América de Cali, equipo que en 1996 fue incluido por EE.UU. en la "Lista Clinton", que identifica a personas y entidades señaladas de estar vinculadas con el narcotráfico.
También está el vínculo de Pablo Escobar con los dos equipos de Medellín, principalmente con Atlético Nacional, aunque no apareció como dirigente oficial en ninguno de los dos clubes.
Los narcos lavaban su dinero negro en los clubes, compraban árbitros, amañaban partidos, y cuando sus planes no salían bien la sangre se derramaba.
En 1989, tras el asesinato del árbitro Álvaro Ortega las autoridades cancelaron el campeonato profesional.
René Higuita, el mítico portero de la selección colombiana, causó un escándalo cuando visitó en la cárcel a Pablo Escobar, en1991.