¿Por qué los países del Golfo no acogen a refugiados sirios?

Imágenes de refugiados sirios atrapados en las fronteras y en estaciones de tren, adicionadas a la desgarradora imagen de Aylan Kurdi, niño sirio que murió ahogado en Turquía, han provocado un clamor para que se haga más por ayudar a los que huyen de la guerra. 

En especial por parte de los Estados árabes del Consejo de Cooperación del Golfo (Arabia Saudí, Bahrain, Kuwait, Qatar, Omar y la Emiratos Árabes Unidos) que han mantenido cerradas sus puertas a los refugiados.

En medio de críticas, es importante recordar que los Estados del Golfo han hecho cosas, y la generosidad de algunos individuos ha sido, por momentos, muy importantes.

Empresas como Qatar Petroleum preguntaron a sus trabajadores si querían separar parte de su sueldo cada mes para los refugiados, muchos lo hicieron.

Además, las recaudaciones caritativas individuales han alcanzado los cientos de miles de dólares

Los Estados del Golfo han proporcionado un total de US$900 millones a través de organizaciones caritativas y donaciones individuales.

Pero a medida que ha avanzado la guerra en Siria, proporcionar recursos a los refugiados que viven en campos se ha convertido en una acción inadecuada.

No hay una política explícita de acogimiento a los refugiados. (Foto: EPA)

Brindar alimentos y refugio a personas que viven en campos fue una solución para el problema de ayer. El tema más urgente, ahora, es buscar un lugar para vivir a cientos de miles de personas, y aquí es donde los Estados del Golfo han empezado a tener dificultades para dar una respuesta.

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¿Qué significa ser ciudadano de un Estado del Golfo?

Mientras que los Estados del Golfo han aceptado a algunos nacionales sirios (Arabia Saudí dice que ha permitido la entrada de 500.000 desde el 2011), sobre todo como trabajadores migrantes, no ha habido una política explícita por parte de ninguno de estos países para acoger a refugiados que llegan en masa sin patrocinadores ni permisos de trabajo.

A medida que la guerra contra Bashar al Asad en el 2012 empezó a convertirse más claramente en una competición establecida entre los intereses de los sunitas del Golfo árabe y los aliados de Irán, miedos profundos empezaron a extenderse entre los Estados del Golfo de que sirios leales a Al Asad intentarían infiltrarse en el Golfo para vengarse.

Los estados del Golfo están preocupados por tener infiltrados que quieran vengar a Al Asad. (Foto: AFP)

Los rumores han persistido en el Golfo durante los últimos tres años sobre detenciones de sospechosos de terrorismo, aunque nunca se ha hecho pública ninguna prueba de un complot entre seguidores de Al Asad.

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El equilibrio demográfico

Los qataríes y sauditas nativos son poco más del 10% de la población de sus respectivos países. (Foto: Getty)

Además, el influjo de miles de sirios al mismo tiempo podría amenazar un muy delicado equilibrio demográfico necesario para que los países del Golfo puedan funcionar.

Por ejemplo, los ciudadanos de Emiratos Árabes Unidos y Qatar superan por poco el 10% de las poblaciones de residentes de sus respectivos países.

Sin embargo, la gran mayoría de residentes son trabajadores económicos transitorios.

No es posible quedarse permanentemente en el Golfo sin permiso de trabajo. Los extranjeros solo pueden conseguir la residencia si ellos o sus esposas tienen trabajos a tiempo y, normalmente, cuando finaliza su contrato vuelven a casa.

Los sirios viajan hacia Europa en condiciones muy peligrosas. (Foto: REUTERS)

No hay precedente, ni siquiera el éxodo palestino de 1948, que iguale la escala de la amenaza demográfica que suponen los refugiados sirios para la identidad del Golfo y la composición social.

Y los estados del Golfo simplemente no tienen respuesta a las preguntas que genera la crisis de refugiados sirios.

El discurso público para presionar a las familias reinantes del Golfo para que cambien de dirección es escaso.

Además, las élites del Golfo sienten que este lío nunca hubiera sucedido si los países occidentales hubieran hecho algo antes para lidiar con Al Asad y su régimen. Las peticiones de los diplomáticos occidentales caerán, probablemente, en oídos sordos.