Por espeluznante que parezca, cabía más horror en la historia de Farzana Parveen, la joven pakistaní que fuera lapidada por su familia debido a que se había casado con el hombre que ella había elegido y no con el que sus parientes le imponían.
El viudo de la joven de 25 años le confesó ayer a la agencia France Press que había matado a su primera esposa.
Aún aturdido por lo ocurrido el martes, cuando 30 miembros de la familia de Farzana –incluido su padre– la mataron a pedradas a la entrada del tribunal de Lahore por haberse casado con Mohamad Iqbal, este contó su terrible verdad.
“Estaba enamorado de Farzana y maté a mi primera mujer por causa de ese amor”, declaró Iqbal, de 46 años, quien precisó que la había estrangulado.
Iqbal afirmó que no tuvo que cumplir con su pena de prisión. debido a que su hijo, quien había denunciado el asesinato a la policía, luego lo perdonó.
Las controvertidas leyes vigentes en Pakistán permiten al autor de un homicidio proponer entregar una compensación financiera (“el precio de la sangre”) a la familia para no cumplir con su pena.
Grupos de defensa de derechos humanos temen que este tipo de disposiciones se pudieran usar para perdonar a los asesinos de Farzana.
Tras la lapidación, la policía de Lahore aseguró haber detenido al padre, Mohamed Azeem, y estar buscando a los hermanos y a tres primos.
Aquel día, la joven se dirigía a un tribunal justamente para testificar contra su familia, que acusaba a su marido de haberla secuestrado, y declarar que había elegido libremente casarse con él.
GOBIERNO RECIÉN REACCIONA
El jefe de gobierno pakistaní, Nawaz Sharif, pidió ayer una “acción inmediata” y urgió a su hermano, el jefe de gobierno de la provincia de Punjab, Shahbaz Sharif, tomar medidas tras el “brutal asesinato” de Farzana, ocurrido en pleno centro de Lahore, una ciudad de unos 10 millones de habitantes.
“Ordeno al jefe de gobierno que lleve a cabo una acción inmediata”, agregó el primer ministro pakistaní. “Este crimen es totalmente inaceptable y hay que ocuparse sin demora de este asunto en conformidad con la ley”, estimó.
Una declaración del primer ministro paquistaní sobre un tema de este tipo es poco común.
CRIMEN Y BARBARIE
En Pakistán, unas 1.000 mujeres o adolescentes son asesinadas cada año –equivale a casi 3 por día– por haber “deshonrado” a su familia, según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, que denuncia la impunidad de los autores de estos actos sobre los que casi ni se informa en la prensa local.
Durante la década pasada entraron en vigor varias leyes que prohibían los matrimonios forzosos y castigaban los crímenes de honor, pero chocan con costumbres ancestrales o interpretaciones arbitrarias del islam.
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