Ciudad del Vaticano. El Papa Francisco pidió al mundo que se ayude de manera tangible a los cristianos perseguidos, destacando las dificultades que enfrentan personas a las que describió como "mártires" modernos luego de que casi 150 personas murieran en manos de militantes islamistas en Kenia.
Dirigiéndose a la multitud en la plaza de San Pedro en El Vaticano tras cuatro días de servicios especiales por Semana Santa, el pontífice detalló los males infringidos a las personas por su fe y exhortó a la comunidad internacional a actuar.
"Estos son nuestros mártires de hoy, y son muchos. Podemos decir que ahora hay muchos más que en siglos anteriores. Espero que la comunidad internacional no observe, silente e inmóvil, este crimen inaceptable", dijo Francisco.
El jueves 2 de abril, hombres armados del grupo Al Shabab, vinculado a Al Qaeda, ejecutaron a cristianos tras atacar el campus de la Universidad de Garissa en Kenia, a unos 200 kilómetros de la frontera con Somalia.
Iglesias en Kenia han respondido al ataque contratando guardias armados, dado que la masacre resonó durante la semana en que la Iglesia Católica conmemoraba la crucifixión de Jesús.
Francisco ha expresado alarma por los ataques a cristianos por su fe y denunció incidentes como la decapitación de 21 egipcios cristianos coptos en Libia en febrero.
Durante el discurso del lunes, llamó a una "participación concreta y ayuda tangible para defender y proteger a nuestros hermanos y hermanas que son perseguidos, exiliados, asesinados, decapitados, solamente porque son cristianos".
El líder de los 1.200 millones de católicos en el mundo ha sostenido que se justificaría que la comunidad internacional usara fuerzas militares como último recurso para detener "la agresión injusta" perpetrada por militantes del grupo Estado Islámico.
El padre Raniero Cantalamessa, cuyo título es "Predicador de la Casa Pontificia", dijo el viernes que había una "perturbante indiferencia" entre las instituciones mundiales y en la opinión pública a la muerte de cristianos, mencionando el derramamiento de sangre en Kenia y Libia.
Fuente: Reuters